Es de dominio público el enfriamiento de las relaciones diplomáticas entre España y Estados Unidos que supuso la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero, en cumplimiento de una promesa electoral, de retirar en el 2005 las tropas destinadas en Irak. En ese sentido, la última entrega de las filtraciones del portal Wikileaks sobre documentos de la embajada estadounidense en Madrid, centrados en esa crisis, no revelaron ayer ningún secreto desconocido. Pero sí descubrieron la magnitud del enfrentamiento y rebajaron la temperatura ambiente de la tensión del frío al hielo. Así lo expresa literalmente uno de los informes enviado por los funcionarios norteamericanos al Departamento de Estado, publicado ayer por el diario El País, con un título en forma de pregunta irónica: "¿Es el momento de romper el hielo en las congeladas relaciones con España?".

RESPUESTA DE LA CASA BLANCA El despacho se redactó a principios del 2005, en el momento álgido del desencuentro y, según demuestran otros papeles posteriores, la respuesta de la Casa Blanca fue negativa. Más aún, se decidió evitar cualquier entrevista o contacto entre George W. Bush y Zapatero, hasta el punto de que el presidente de Estados Unidos no devolvió al líder socialista la llamada de felicitación que le hizo tras haber derrotado en las elecciones al candidato demócrata, John Kerry.

"El antiamericanismo no es una política exterior", le había reprochado unos meses antes el número dos de la embajada, Robert Manzanares, al entonces secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León.

Así lo recoge otro de los documentos que ha salido a la luz, que relata contactos de diplomáticos estadounidenses con el ministro de Defensa de ese momento, José Bono, y el presidente del PSOE, Manuel Chaves.

Los esfuerzos del Ejecutivo español por tender puentes con Washington dieron magros resultados, incluidos los del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, que acabó estallando en el 2006. "Somos la octava potencia mundial y nos tratáis como un país de quinta fila", le dijo a Eduardo Aguirre poco después de que este tomará posesión como nuevo embajador en Madrid, según revela otro informe filtrado por Wikileaks.

"AL PALO Y LA ZANAHORIA" La Administración de Bush decidió, posteriormente, abrir una segunda fase de menos tensión, aunque con el único objetivo estratégico de jugar "al palo y la zanahoria" con España. Pese a todo, y como concluye uno de los despachos, la embajada siempre tuvo claro que la conexión con Zapatero nunca sería como la vivida con José María Aznar.

En referencia al expresidente, el líder del PNV, Iñigo Urkullu, dijo ayer que las filtraciones de Wikileaks son un "baño de realidad" sobre la práctica de la política, y evidencian el papel de "Capitán Trueno" que quiso desempeñar Aznar. "No se han revelado informes sesudos, sino opiniones de patio de colegio", dijo. "Lo peor es que, con ellas, se toman decisiones", añadió.