El pleno del Congreso recuperó ayer un tono de debate entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy que había estado desterrado en las últimas semanas. El presidente aceptó la oferta de unidad que le ofreció el líder del PP, aunque se la brindara llena de condicionantes. Y Rajoy renunció por una tarde a repetir las polémicas que azuzó en el último mes sobre la política antiterrorista del Gobierno.

El líder del PP no formuló la pregunta sobre Batasuna que traía preparada para Zapatero. Condenó el "atentado contra la democracia" y dio su "apoyo" a las fuerzas de seguridad y al Gobierno. Zapatero recogió el guante, aceptó la oferta y agradeció el "tono". Pero no se privó de recomendar a su oponente "más compartir y menos discrepar".

APROXIMACION PUBLICA Zapatero y Rajoy trataron de escenificar en público una aproximación que se había trabajado antes en privado. Tras conocer la existencia de la bomba en Madrid, el Gobierno buscó puentes de diálogo con el PP, al que solicitó que cesara la polémica sobre la política antiterrorista, según fuentes del Ejecutivo. Sobre ese extremo hablaron el portavoz socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el popular, Eduardo Zaplana. El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, hizo lo propio con Rajoy en nombre del Gobierno.

El atentado llevó a Zapatero a recalcar ayer el mensaje que lanzó a su Gobierno en el Consejo de Ministros del pasado viernes. Lo hizo en el Senado, donde recordó a sus ministros de Defensa, Interior y Justicia que se impone "enfriar" las expectativas de paz, aunque sin renunciar a dialogar con ETA si ésta se decide a dejar la violencia.

"DERROTAR" A ETA La doble vía para rebajar la polémica sobre el posible diálogo con ETA se materializó en el pleno de la tarde en el Congreso. Los citados ministros se limitaron a condenar el atentado y a llamar a la "serenidad" de los ciudadanos. Y el PP rebajó el tono de sus interpelaciones, aunque sin renunciar a dejar claro que su apoyo al Gobierno depende de que aparque la opción del diálogo y se limite a intentar "derrotar" a ETA. Rajoy lo certificó cuando ofreció su apoyo a Zapatero "para perseguir a los autores del atentado, hacerles pagar sus crímenes y asegurar la tranquilidad y la libertad de los españoles".

Zapatero tomó nota de los matices del apoyo de su oponente. Y reprochó a Rajoy que la de ayer fuera "la cuarta ocasión" en que llevaba la lucha antiterrorista al debate parlamentario. Una práctica que, según el Ejecutivo, prohíbe el pacto antiterrorista. "Espero que a partir de ahora el hábito sea más compartir que discrepar", conminó el presidente, que recordó que ésa era su actitud como líder en la oposición.

Luego aprovechó su turno en la tribuna del Congreso para reiterar que el Ejecutivo que preside está "intentado con todas sus fuerzas" ver el fin de la violencia. Y advirtió a los terroristas de que "la única posibilidad de que su voz sea escuchada pasa por el abandono definitivo de la violencia". Rajoy recordó a Zapatero que el pacto antiterrorista era una vía "eficaz" para luchar contra el terrorismo y que incluía el compromiso de "no cambiar" de estrategia contra ETA "gobernara quien gobernara".