Se acabó el talante. José Luis Rodríguez Zapatero arremetió ayer contra el PP con un lenguaje hasta ahora desconocido en él. Visiblemente harto de la estrategia de desgaste a la que le está sometiendo el principal partido de la oposición en cuestiones como la LOE, el Estatuto catalán y la OPA de Gas Natural sobre Endesa, el presidente optó por plantar cara en lugar de tratar de suavizar las cosas.

Zapatero no dudó en tildar de "pura bazofia especulativa" las informaciones auspiciadas por el partido de Mariano Rajoy que insinúan que España ha cedido en su posición sobre los fondos europeos a cambio de que la Comisión Europea (CE) declarara al Gobierno competente para autorizar la OPA de Gas Natural contra Endesa. "Es inaceptable", aseguró muy serio antes de exigir al PP "respeto" para el trabajo que desarrolla José Manuel Durao Barroso al frente de la comisión.

Rajoy, desde Sevilla, donde presidió el primer acto de la campaña del PP contra el Estatuto catalán y en defensa de la Constitución, cargó una vez más contra la política del Ejecutivo socialista. Curiosamente, el Estatuto no fue el plato fuerte de sus diatribas. El líder del PP exigió a Zapatero que comparezca en el Congreso y explique "qué intereses está defendiendo al enviar un Myst¨re para reunirse de forma clandestina" con Durao Barroso para abordar la OPA.

LA COMPRA DE LA DISCORDIA Zapatero, que participaba en Evora (Portugal), en la 21 Cumbre Ibérica, consideró "sorprendente" que el PP "invoque tanto España" y luego persevere en criticar que sea España quien "tenga la competencia" para decidir sobre "dos empresas españolas". Las palabras de Zapatero escondían una invitación para que se pregunte al PP por qué pone tantas trabas a la absorción de Endesa, empresa en la que José María Aznar colocó a Manuel Pizarro, que sigue dirigiéndola.

El jefe del Ejecutivo detalló su reunión del pasado 6 de noviembre con el presidente de la Comisión europea, Durao Barroso. Explicó que trató con Barroso sobre las perspectivas financieras de la UE, que deben aprobarse en el próximo Consejo de diciembre, y sobre la propuesta española --que apoya Portugal-- para que la UE destine fondos a la lucha contra la inmigración ilegal. "Y también hablamos de la OPA", reconoció, para mantener ante Barroso la tesis que avaló la Comisión: "Que es España quien tiene la competencia para decidir" sobre la polémica OPA.

Aunque en dicha reunión se abordaron las perspectivas financieras de la UE y la OPA, vincular la decisión de que España decida la absorción con una cesión en la negociación de los fondos, como ha hecho el PP, fue calificado por el presidente como "puramente inaceptable". "Es pura bazofia informativa y una bazofia especulativa", zanjó.

La polémica desatada por las condonaciones de créditos a los partidos también fue motivo de comentarios por parte del presidente. Zapatero consideró que los informes emitidos por el Tribunal de Cuentas "trasladan la necesidad" de acometer una reforma de la ley de financiación de los partidos políticos, "que ahora sí se va a hacer", remarcó. Y aunque dijo que intentará que el cambio recabe "el máximo consenso", dejó muy claro que afectará a las donaciones anónimas que reciben los partidos, especialmente el PP, CiU y el PNV.

MONTILLA "CONTAMINA" En cuanto al ataque del PP sobre José Montilla, Rajoy insistió en pedir la dimisión del ministro de Industria "porque el Gobierno de España estará contaminado mientras él siga siendo miembro". Así, solicitó que Zapatero explique la condonación de la deuda al PSC por parte de La Caixa y aclare si hay una "relación directa" entre estos hechos "con todo lo que está pasando en España, porque son muchas coincidencias y casualidades".

Rajoy resumió su discurso contra Zapatero y su Ejecutivo con una feroz andanada: "Este Gobierno está formado por una colección de irresponsables e indocumentados que se creen líderes republicanos de los años 30".

"Si Zapatero sigue así en su apoyo al Estatuto, nos van a acabar votando más del 80% de los ciudadanos que dieron su apoyo al PSOE", dijo. Insistió en que el texto "es malo para España y para Cataluña, pero muy bueno para el tripartito" que, dijo, "va a intervenir en la vida de todos los ciudadanos y de los agentes sociales y económicos".