Optimismo frente a catastrofismo. La sesión de control al Gobierno volvió a evidenciar ayer, a cuenta de Estatuto de Cataluña, las distintas percepciones de la realidad que enfrentan a José Luis Rodríguez Zapatero y a Mariano Rajoy. El jefe del Ejecutivo pronosticó que habrá Estatuto y que España seguirá funcionando bien. El PP vaticinó que el proyecto catalán derribará "la arquitectura constitucional". Ante la magnitud de los males que augura la oposición, Zapatero advirtió a Rajoy de que esta estrategia se volverá en su contra, porque los españoles le harán pagar en las urnas su rechazo al Estatuto cuando salga aprobado y el Partido Popular se quede sin argumentos.

El Estatuto catalán protagonizó ayer cinco preguntas en las sesiones de control del Senado y del Congreso. El jefe del Ejecutivo aprovechó las dos ocasiones para advertir al PP de lo errado de su estrategia. "Este país sabe cómo olvidar a aquellos que a cada reforma anuncian una catástrofe", espetó de buena mañana al senador del PP Pío García Escudero, que acababa de desgranar los males que acechan a la unidad de España desde que la Mesa del Congreso admitió tramitar el Estatuto.

POR LA PENDIENTE Parecida advertencia lanzó por la tarde a Rajoy, quien le acusó de "irresponsabilidad" y "frivolidad inaudita" por "engañar a los españoles". "Siga deslizándose por esa pendiente del anuncio de la catástrofe y del alarmismo", invitó Zapatero a Rajoy, para asegurar que acabará "sin discurso y sin proyecto" porque las cosas seguirán "funcionando bien".

El líder del PP no se arredró ante el vaticinio de Zapatero, y continuó su andanada hasta agotar sus dos minutos y medio. Rajoy consideró que el Gobierno "no se ocupa de los problemas reales de los españoles y juega con lo esencial". "Su frivolidad empieza ya a ser inaudita", espetó al jefe del Ejecutivo, al que exigió que explique por qué promovió la reforma del Estatuto de Cataluña y cómo va a arreglar ahora la situación. "No le pido ni conocimiento, ni ideas, ni patriotismo, porque yo no pido cosas imposibles", descalificó Rajoy, que sí exigió a Zapatero "poner los pies en la tierra y tener un mínimo de responsabilidad".

Rajoy también echó mano de un reportaje publicado en Marie Claire sobre Zapatero para denostar su "bajo nivel" como jefe del Ejecutivo. En esa publicación, el presidente declara que no siente ningún reparo en definirse como "rojo" y "feminista".

Ya por la mañana, la sesión en el Senado había sido tensa. El portavoz del PP en la Cámara acusó a Zapatero de proponer terminología "fascista" para resolver la inconstitucionalidad de la definición de Cataluña como "nación". A juicio del senador popular, la "ocurrencia" de sustituir "nación" por "comunidad nacional" es un concepto "muy apreciado por el nacionalsocialismo, el fascismo y el Chile de Pinochet".

Al margen de la bronca con el PP, que ya es una constante los miércoles, Zapatero ratificó que la propuesta de modelo de financiación que incluye el proyecto de Estatuto "exige modificaciones". El presidente dejó claro que el Gobierno preservará la multilateralidad que rige el sistema actual, porque "el modelo de financiación del conjunto tiene que tener un ámbito de debate y de decisión en el conjunto".

"FRAUDE DEMOCRATICO" La vicepresidenta también tuvo que responder a Angel Acebes y Eduardo Zaplana sobre el proyecto catalán. Al primero le aseguró que no se trata de una reforma constitucional, y al segundo le acusó de "sobreactuar" cuando denunció que el Congreso había perpetrado un "fraude democrático" por admitir debatir el Estatuto.