José Luis Rodríguez Zapatero animó ayer al electorado a acudir masivamente a las urnas el 13 de junio para recordar a la derecha que España "no quiere dar ni un paso atrás". En un abarrotado Palacio Sant Jordi de Barcelona, al que acudieron 18.000 personas, el presidente del Gobierno arropó al candidato del PSOE, Josep Borrell y advirtió de que, con los socialistas, España vuelve a Europa y, con el PP, "a la guerra y a la división".

Zapatero aseguró que su Gobierno seguirá trabajando "con la gente" y defendió que la victoria de los socialistas en las generales del 14 de marzo ha dado un nuevo "rumbo hacia una España de progreso, respeto a la identidad, la igualdad entre hombres y mujeres y hacia la renovación democrática". En este sentido, afirmó que su Gobierno "no parará ni un minuto" y que el país llegará "a la meta de sus aspiraciones como europeos" el próximo 13 de junio.

Zapatero se mostró convencido de que su partido vencerá el domingo, pero "no para derrotar a nadie, que ya bastante tienen con lo que tienen", aseguró, sino porque "queremos --dijo-- que Europa sea fuerte para la paz en el mundo y una referencia de cohesión social y solidaridad".

EL VOTO JOVEN Tras realizar un llamamiento especial a los jóvenes, Zapatero alertó de que la derecha "es incapaz de tener amigos" y por eso, ironizó, "se fue a las Azores". Explicó que el 14 de marzo España dio un paso adelante y se abrió una etapa de esperanza, con un Gobierno "sensible a la voluntad" popular. Por eso, dijo que el domingo "hay que avanzar y dar un paso adelante en el diálogo, en el talante y en las políticas sociales". "Eso --insistió ante un público entregado-- se llama votar al PSOE".

Zapatero indicó que con la vuelta de los soldados españoles de Irak España ha recuperado su lugar en Europa. También calificó de "sorprendente" la actitud del PP, que ahora "habla de Irak y la ONU después de pisotearla".

En su discurso, el presidente también hizo referencia a Cataluña y prometió que habrá reforma del Estatuto, que el catalán estará en la nueva Constitución europea y que atenderá una histórica reivindicación de Barcelona y entregará a la ciudad el castillo de Montjuïc.

HORA DEL CAMBIO Por su parte, el candidato Josep Borrell recalcó que es la hora de llevar a Europa el cambio político que ya ha comenzado en España y en Cataluña, comunidad, dijo, "pionera en el europeísmo".

Tras señalar que los catalanes han sabido que Europa es la fórmula más segura para respetar la identidad, apostó por una "unión política y social, de crecimiento y empleo, capaz de luchar contra la exclusión y volcada en invertir en el futuro".

Borrell, quien pidió que las inversiones de capital no se vayan a países socialmente más injustos, relató que en Europa 40 de cada 100 estudiantes tienen becas e informó de que los socialistas consiguieron que en España fueran becados 20 de cada 100. Cifra que con el PP, según sus datos, bajó a 15 estudiantes. "Aumentar las becas, como ha hecho Zapatero, también es volver a Europa", sentenció.

Borrell dio las gracias al presidente del Gobierno por sacar las tropas españolas de Irak y apuntó que algunos pensaron que Zapatero "jugaba de farol". El candidato elogió al presidente del Gobierno por su decisión de retirar las tropas españolas desplegadas en Irak: "No debe ser fácil decirle al emperador del mundo: Nos vamos ", afirmó, en referencia al presidente norteamericano, George Bush.

Pidió a los ciudadanos que acudan a las urnas el domingo para "rematar la faena" y para poder gritar: "viva Cataluña, España y Europa socialista".

EL MATIZ DE MARAGALL Con anterioridad a Zapatero intervino Pasqual Maragall, quien aprovechó su turno para argumentar sus ideas acerca del papel de Cataluña en España. En un discurso que parecía planteado para deshacer malentendidos, el presidente de la Generalitat aseguró: "Que quede claro, que no haya malos entendidos, queremos ser nosotros mismos y autogobernarnos con las máximas competencias, pero no queremos marcharnos de España, queremos su pluralidad".