Mariano Rajoy había pedido a Zapatero que realizara un recorte del gasto público por entender que no habrá subida de impuestos "que tape el agujero" del endeudamiento y le planteó que llegaran a un pacto sobre este asunto. Zapatero le dijo que está dispuesto a "sentarse las horas que haga falta para hablar sobre gasto público", pero advirtió que no hay que engañarse al respecto ya que las grandes partidas del gasto son las destinadas a "desempleo, trasferencias a CCAA, políticas sociales e infraestructuras".

En este contexto, el presidente anunció a Rajoy: "Voy a convocarle, conociendo su amabilidad, que siempre acude, como por otra parte es normal, a mis convocatorias". Zapatero expuso que la convocatoria será para que "hagamos un repaso de la situación de las cuentas públicas y de las CCAA y los ayuntamientos". Argumentó, en este sentido, que "bueno sería que viniera con algún ejemplo, pienso, que tuviera una sentada previa a la mía con el alcalde de Madrid para ver qué ha hecho con los impuestos y qué endeudamiento tiene o con la Comunidad valenciana para ver qué endeudamiento tiene y qué política de restricción de gastos tienen algunas CCAA".

Admitió también que él puede hacer el mismo ejercicio con "algunas CCAA del PSOE y con algunos ayuntamientos socialistas" e insistió en que "para que esa conversación sea más útil, deberíamos contemplar sector público estatal y por supuesto, CCAA y ayuntamientos". Además, confió en que cuando se vea con Rajoy puedan hablar "a fondo" y con "voluntad de acuerdo" sobre Educación y Energía, que son los otros pactos que Zapatero había propuesto al PP a la vuelta de las vacaciones de verano.