José Luis Rodríguez Zapatero inicia hoy su primera visita oficial a China con la firme intención de sacar partido del momento de esplendor que vive la potencia asiática. Durante sus tres días de permanencia en Pekín, el presidente buscará la institucionalización del diálogo político entre los dos países. Para ello, el jefe del Ejecutivo español llega con varios gestos de buena voluntad. El más importante, expresar su apoyo al levantamiento del embargo de armas a China, posición que goza de predicamento en la Unión Europea y que cuenta con el férreo rechazo de la Administración de Washington.

Zapatero considera que el embargo, decidido por Occidente y Rusia en 1989 a raíz de la matanza de la plaza de Tiananmen, resulta hoy en día "anacrónico", debido a que ya no existen las circunstancias que lo provocaron, según señalaron fuentes de la Moncloa. La UE estudia derogar la sanción y reemplazarla por un código de conducta que permita controlar con eficacia el acceso de China a la tecnología militar europea. Pero Washington ha conseguido hasta el momento, mediante presiones diplomáticas, que los Veinticinco posterguen su decisión final.

GUIÑOS A JINTAO El mandatario español llega a Pekín con otros dos guiños que dirigirá al presidente chino, Hu Jintao, y al primer ministro, Wen Jiabao. Por una parte, evitará cualquier referencia a la grave situación de los derechos humanos en China, repetidamente condenada por la ONU. Según recalcaron asesores de la Moncloa, éste es un asunto que trata directamente la Unión Europea con el gigante asiático. Por la otra, respaldará la unidad territorial de China frente a las ambiciones de Taiwán de ser reconocida como un Estado independiente por la ONU.

POBRE BALANZA Zapatero espera que estos gestos contribuyan a allanar el camino para reforzar las relaciones bilaterales, que en el terreno económico dejan mucho que desear, al menos para los intereses españoles. Para muestra un botón: China exporta a España siete veces más de lo que importa.

El presidente pretende, si no revertir esa situación, al menos sí tratar de atenuarla. Con ese objetivo se suscribirá un protocolo financiero de 500 millones de euros dentro del plan China , un ambicioso programa de incentivación de las inversiones españolas en el país asiático que pondrá en marcha en el mes de septiembre el ministro de Industria, José Montilla. El plan, similar a los ya existentes con países como México y Brasil, tendrá una dotación global de unos 630 millones de euros.

ENCUENTRO CON EMPRESARIOS El presidente del Gobierno mantendrá un encuentro con unos 120 empresarios españoles radicados en China y con otros veinte que han volado desde España a Pekín con ocasión del viaje presidencial, con el fin de explicarles los alcances de la estrategia económica que prepara el Gobierno socialista en el país más poblado del planeta. Y el sábado, como corolario del viaje, tiene previsto asistir al encuentro de fútbol entre el Real Madrid y la selección china.