El Gobierno está dispuesto a hacer frente a la crisis económica pese a la lentitud y las dudas iniciales para reconocer la magnitud de la situación. Eso sí, José Luis Rodríguez Zapatero no renunciará a una de sus señas de identidad: la tan proclamada extensión de derechos. El jefe del Ejecutivo aseguró ayer que piensa mantener todos sus compromisos electorales, y que no se trata de una táctica para ocultar la crisis o buscar el cuerpo a cuerpo con el PP. En el 11º congreso del PSOE de Madrid, Zapatero defendió el proyecto de ley del aborto, el reconocimiento a las víctimas de la guerra civil, el paquete de medidas sociales para aumentar las pensiones y la ayuda a la cooperación.

En las próximas semanas, el Gobierno deberá aprobar los presupuestos del 2009. La intención es que estén marcados por la austeridad. El vicepresidente económico, Pedro Solbes, ya ha dejado claro que se deberá contener algunos gastos, pero Zapatero mantendrá la prioridad en el gasto social. "Nos hacemos cargo de la situación, pero la prioridad es trabajar por los más debilitados, por los trabajadores que pierdan su empleo". Así lo explicitará en su comparecencia del miércoles en el Congreso.

SILENCIO SOBRE FINANCIACION No quería ayer Zapatero referirse a la negociación sobre el modelo de financiación autonómica. Su propósito era reflejar que su proyecto tiene un largo recorrido, marcado por la profundización de la democracia y la extensión de derechos.

El marco era el idóneo, ya que el presidente del Gobierno contrapuso su modelo al de la Comunidad de Madrid, gobernada desde hace 13 años por el PP. Su presidenta, Esperanza Aguirre, ha hecho una apuesta firme por la educación concertada y la sanidad privada. En ese contexto, Zapatero insistió en que la crisis económica no puede ser la excusa para "decretazos", en alusión a la reforma laboral que le costó al Gobierno de José María Aznar una huelga general en su segundo mandato. Pero el Ejecutivo socialista deberá negociar duramente las cuentas del 2009 para poderlas aprobar, ya que, ante la caída de ingresos del Estado, el presupuesto deberá ser más contenido que el del 2008.

Zapatero le recordó al PP que no puede acusarle de reabrir heridas o de querer la confrontación por defender que se busquen a los desaparecidos en la guerra civil, o por proponer una reforma de la ley del aborto. "No entiendo que se le quiera negar a alguien saber donde están enterrados sus seres más queridos", aseguró tras añadir que con esa iniciativa, que pretende agilizar el juez Baltasar Garzón, "se persigue cerrar, y no abrir, las pocas heridas que, afortunadamente, quedan abiertas".

Tachó a los populares de "hipócritas" por negarse a ello y les reservó otro dardo envenenado. Ante la intención de fomentar alternativas a la asignatura de Educación para la Ciudadanía allí donde gobiernan, Zapatero les emplazó a "ganar primero las elecciones" si quieren cambiar el modelo, pero no a rechazar la aplicación de la ley.

Zapatero estará hoy en Rodiezmo (León), donde dará por iniciado el curso político y apuntará las medidas para recolocar a las personas que se queden sin empleo. Ayer, en Madrid, no renunció a su discurso optimista, atribuyendo gran parte de las dificultades al contexto global.