Con la afirmación de que "sólo hace falta empujar un poco para el cambio", José Luis Rodríguez Zapatero insufló ayer esperanza a los 7.000 simpatizantes socialistas que acudieron a su primer mitin de campaña en León, plagado de referencias sentimentales a su tierra y a sus familiares presentes, y de compromisos concretos para sacar a León de la "resignación". El candidato socialista animó a desoír las afirmaciones del PP sobre que "la suerte está echada", porque son "engaños". "Hoy estamos muy cerca de ganar las elecciones", aseguró.

Su afirmación no es fruto del mero optimismo personal. Se apoya en los sondeos semanales con los que trabaja su equipo electoral. Sus últimos resultados, según fuentes de la dirección socialista, apuntan una remontada paulatina similar a la que recogían antes de las dos fases de la crisis desatada por la entrevista de Josep Lluís Carod-Rovira con la cúpula de ETA.

Por eso, Zapatero insistió ayer en León en la necesidad de convocar al voto a "todos los que desean un cambio", más allá de que sean antiguos votantes socialistas desencantados o que pertenezcan al grupo de los que optaron por la abstención. A ese grupo que el candidato socialista supone descontento, dedicó ayer su mensaje de que "Mariano Rajoy ya no puede cambiar nada", porque a su juicio "ha fracasado en todas las políticas que más preocupan a los españoles".

EJERCICIO DE IMAGINACION Zapatero pidió a los españoles que "imaginen" su Gobierno. Les prometió "esperanza, cambio y transparencia", frente a "la resignación, el inmovilismo, y la manipulación que representa Rajoy". Y se mostró muy firme al declarar que tiene claras las primeras medidas que adoptará su Gobierno. "Sé lo que hay que cambiar, lo quiero cambiar y podemos hacerlo", estableció. Enumeró la vivienda, la sanidad y educación públicas, el empleo precario, y la igualdad plena entre hombres y mujeres como las primeras áreas en las que se concentrará si gana el 14 de marzo.

Para regocijo de sus seguidores, relató lo que supondrían sus primeros días tras su victoria. Dijo que habría "un periodista normal" al frente de la televisión pública, un portavoz del Gobierno "que no insulte", un presidente que viaje a EEUU, "no al rancho de Bush, sino a ver a Kofi Annan", y que llame a los líderes alemán y francés para "sacar adelante la Constitución europea". Y prometió que el fiscal general no sería Jesús Cardenal.

Pero además de ganar, quiere hacerlo a su estilo. Por eso recalcó que no profiere en sus mítines "ni un solo insulto" hacia su adversario. Sin llegar a insultarlo, sí se refirió a Rajoy como un adversario "sin coraje ni valentía" porque sigue negándose a celebrar un debate.