José Luis Rodríguez Zapatero no se anduvo con falsas modestias ni humildades fingidas. El líder del PSOE y presidente en funciones del Gobierno aprovechó ayer la reunión del comité federal del partido para dejar claro el alcance de su poder tras las elecciones del 9-M. Proclamó que los resultados --casi 11,3 millones de votos y 169 escaños en el Congreso de los Diputados-- equivalen a la "mayoría amplia" que había solicitado durante la campaña. Y resaltó que esa mayoría "suficiente, fuerte y sólida" le permitirá la "autonomía precisa" para llevar a cabo su proyecto.

Tras desgranar una serie de estadísticas ilustrativas sobre la magnitud de la victoria, Zapatero atribuyó el éxito electoral a "todo el partido". Salvo un reconocimiento expreso a los socialistas de Euskadi y a su líder, Patxi López, por los resultados en esa comunidad, el secretario general del PSOE eludió destacar el papel de otras federaciones.

Lejos de abrir resquicios a una nueva cosecha de baronías territoriales o provocar agravios comparativos, hizo hincapié en la "cohesión interna" del partido y su "presencia equilibrada en toda España". Dijo que, por el contrario, el PP obtiene apoyos inferiores al 20% "en territorios como Cataluña o País Vasco".

"MANOS LIBRES" En un ambiente de euforia, la cúpula del partido expresó su total apoyo a Zapatero y le dejó las "manos libres" para formar el Ejecutivo y tejer los acuerdos parlamentarios que considere oportunos, al margen de las necesidades de las federaciones en sus respectivos territorios. El líder socialista encomendó ayer mismo al secretario de organización, José Blanco, la tarea de gestionar la política de acuerdos poselectorales. Blanco emprenderá su misión el 24 de marzo, una vez el partido decida la configuración de sus grupos parlamentarios.

Zapatero inició su intervención ante la cúpula del partido dedicando un recuerdo a Isaías Carrasco, el exconcejal socialista asesinado por ETA el 7 de marzo, y a todas las víctimas del terrorismo. El líder del PSOE afirmó que, aunque la banda aún puede causar daño y dolor, ya está "vencida por la democracia". Dijo que los españoles quieren ver a todas las fuerzas políticas unidas contra el terrorismo, tanto el etarra como el internacional.

Con la mirada puesta en el PP, afirmó que esa unión "no ha sido posible en los últimos cuatro años, pero tiene que serlo hasta la completa erradicación de la violencia criminal". "Por mí no va a quedar, y espero la misma predisposición en los demás", dijo, emplazando a Rajoy.

En relación con el modelo territorial, Zapatero afirmó que ha "llegado la hora" de poner énfasis en la cooperación entre las administraciones. Ofreció "integrar mejor que nunca a España" mediante el desarrollo de los estatutos, la cooperación institucional y el desarrollo de políticas sociales que permitan reducir las brechas territoriales. Tras la intervención del presidente, tomaron la palabra 22 dirigentes, algunos de los cuales resaltaron los éxitos en Euskadi, Cataluña y Andalucía. Una de las más aplaudidas fue la del vasco Patxi López, que atribuyó la victoria en Euskadi a que el Gobierno central "ha sabido entender" a esa comunidad".

HORIZONTE ELECTORAL En su respuesta a las intervenciones, Zapatero, que ayer mismo llegó al palacio de las Marismillas, en el parque de Doñana, para pasar las vacaciones de Semana Santa, confesó que "sabe mejor" ser reelegido que elegido y expuso el horizonte electoral hasta las autonómicas y municipales del 2011. Recordó que habrá comicios vascos, gallegos, catalanes y europeos, y vaticinó que el PP los perderá. Sobre la estrategia de Rajoy, aseguró que "inicialmente no va a poder mantener la actitud de gran crispación política". "Por mucho que quieran, ya no pueden convencer con que se rompe España o que nos entregamos a ETA", dijo.