De acuerdo con el guión, el comité federal del PSOE centró ayer su discusión en el Estatuto catalán. Como anunció el miércoles a su ejecutiva, José Luis Rodríguez Zapatero tomó las riendas del debate para defender la gestión del PSC en la reforma estatutaria, y también para pedir al PSOE que confíe en los socialistas catalanes y en el presidente Pasqual Maragall. Pero hizo más. A puerta cerrada, el presidente calificó de "legítimo" abrir, como propone Cataluña, el debate sobre la solidaridad interterritorial, según informaron varios asistentes a la reunión.

El líder del PSOE inauguró y clausuró la reunión. Fue en la última intervención, sin cámaras ni micrófonos, en la que se desmarcó de los reproches que durante el debate varios dirigentes del PSOE habían vertido contra los socialistas catalanes a cuenta del nuevo Estatuto: "El PSC tiene mi respaldo y, lo que es más importante, tiene mi confianza".

COMO EEUU, PERO AL REVES Zapatero emplazó al PSOE a confiar en Maragall y a aparcar sus "prejuicios" respecto al Estatuto catalán y la definición de Cataluña como nación. "Si EEUU es una nación con muchos estados, ¿por qué no puede ser España un Estado con varias naciones?", se preguntó. La mejora del autogobierno, agregó, "no puede provocar inquietud ni preocupación". Y tampoco el "legítimo" debate sobre la solidaridad territorial, alentado por la Generalitat en busca de una mejor financiación para su comunidad.

Con estas palabras, Zapatero salió al paso de las intervenciones de los representantes de Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura, que expresaron su temor a que el debate del Estatuto catalán eclipse los logros sociales del Gobierno. La réplica catalana corrió a cargo del propio Maragall, muy conciliador, y de la vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre. "Vamos a estar siempre dentro de la Constitución", insistió el presidente catalán, que añadió que no va a promover cambios constitucionales. De Madre, en respuesta a críticas recibidas del Gobierno extremeño, se preguntó: "¿Por qué cuando Ibarra defiende los intereses de Extremadura es socialista y cuando Maragall defiende los de Cataluña es un nacionalista?".

Como colofón al debate, Zapatero apostó por la línea más autonomista. "Las reformas no son un problema, sino una oportunidad", recalcó, recordando que el Estado autonómico "ha dado voz y peso a territorios que no lo tenían antes".

PROMESA ELECTORAL Más equidistante fue su primera intervención, en la que recordó que las reformas estatutarias son una promesa electoral del PSOE --no una imposición de sus socios--, pero con consenso y respeto a la Constitución. "Esta es la postura de los socialistas de España, y vale para el PSOE y el PSC: ni inmovilismo, ni aventuras egoístas e insolidarias", enfatizó. También sostuvo que Cataluña quiere más autogobierno "para ir del brazo de España, no para alejarse de ella".

Para no desperdiciar la "oportunidad histórica" de esta reforma territorial, Zapatero pidió al PSOE más cohesión: que sea capaz de "discutir con libertad y actuar con unidad".