Madrid En plena resaca de reacciones por el comunicado de ETA, José Luis Rodríguez Zapatero aseguró ayer ante las familias de los miembros de las fuerzas de seguridad fallecidos el año pasado: "Llegará el fin de la violencia de ETA, pero la memoria de las víctimas no se extinguirá y perdurará entre nosotros". El presidente del Gobierno participó en La Moncloa junto al vicepresidente, Alfredo Pérez Rubalcaba, y a la ministra de Defensa, Carme Chacón (foto), en el homenaje anual a los policías muertos. En el 2010 fueron 15. Zapatero entregó una placa a cada uno de los familiares de los agentes.