El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó ayer su primer mitin preelectoral en el País Vasco para suscribir en público que será el candidato de los socialistas vascos, Patxi López, el que "decidirá" los pactos en función de los resultados de las elecciones que se celebrarán el próximo 1 de marzo. El presidente del Gobierno, que puede verse afectado por la retirada del apoyo al Gobierno de los 7 diputados del PNV en el Congreso en función de los juegos de alianzas que puedan darse en Euskadi, justificó el cheque en blanco a Patxi López porque, dijo, se entiende bien y piensa "parecido, por no decir igual" que él, y porque tiene "plena confianza" en él. El compromiso es tanto más importante porque es de sobra conocida la animadversión que el líder del PSE tiene a cualquier compromiso poselectoral con el PNV, y más si es con el lendakari, Juan José Ibarretxe.

De hecho, gran parte de la intervención de Patxi López, previa a la de Zapatero, en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, se centró en ofrecer una alternativa al nacionalismo y un "cambio en el liderazgo del Gobierno vasco".

ACUERDOS CON ESPAÑA El líder del PSOE ofreció manos libres al candidato vasco, de quien dijo que "va a ser lendakari" con una oferta que definió como de "cambio tranquilo". Un cambio que el líder del PSOE describió reiteradamente como un paso hacia la concordia, la unidad y el diálogo. Y también como una nueva etapa de "entendimiento con el Gobierno de España". El líder socialista también recordó los acuerdos alcanzados por los gobiernos español y vasco en asuntos como la Y vasca del tren de alta velocidad y el traspaso de competencias en Investigación, Desarrollo e Innovación.

En relación con el proyecto ferroviario, amenazado por ETA, Zapatero insistió en que no se va a dar "ni un paso atrás". "Hemos trabajado desde la colaboración, el acuerdo y el entendimiento, porque somos una fuerza política para el acuerdo, para unir, para lo que necesita el Gobierno de Euskadi", afirmó.

El líder del PSOE también defendió el proyecto del PSE como "el mejor muro frente a la violencia" y contra "todos los que se callan frente a los asesinatos". Ahondando en ello, Zapatero dijo que se puede defender cualquier idea, desde la independentista hasta la contraria al Estado autonómico, pero no apoyar el asesinato ni la intimidación.

El acto estuvo rodeado de fuertes medidas de seguridad. La izquierda aberzale había convocado ya el sábado una concentración de protesta. Finalmente, fueron poco más de una treintena las personas que desplegaron una pancarta independentista en las inmediaciones del Teatro Victoria Eugenia, vigilados muy de cerca por la Ertzaintza.

El mitin lo abrió el candidato del PSE, despejando alguna duda sobre sus posibles alianzas tras los comicios. López aseguró que el precio que eventualmente pagaría para obtener apoyo del PP para ser lendakari es "cero", porque no es ese, dijo, su objetivo. Su discurso se centró en proponer un Gobierno vasco abierto y centrado en las políticas sociales, frente a lo que definió como "los que se empeñan en levantar fronteras y patrias excluyentes", y superando "el tiempo de la división y del debate identitario".

SOCIEDAD PLURAL El líder del PSE se mostró convencido de que va a colaborar "en muchas cosas" con el Gobierno de Zapatero. Así, defendió la vinculación histórica del socialismo con la defensa del País Vasco, al que describió como una sociedad plural. En una referencia clara al plan Ibarretxe, López proclamó que "nunca más" una parte del país decidirá contra la otra.