El seguro de legislatura que el PSOE consiguió el viernes con su alianza con el PNV y Coalición Canaria (CC) no solo ha descolocado al PP y a CiU, que deberán modificar sus estrategias, también ha dejado en precario al lendakari, Patxi López, apenas 17 meses después de que consiguiera --con el apoyo de los populares vascos-- un cambio histórico en Euskadi.

López intentó ayer rechazar el papel de perdedor que le ha tocado en esta operación política para proteger a José Luis Rodríguez Zapatero hasta el 2012. Cuidadoso en sus formas, el lendakari destacó en una reunión con los jóvenes del PSE, que no le preocupan ni las fotografías ni la actitud de los dirigentes del PNV, porque son "los ciudadanos vascos" quienes se van a beneficiar del acuerdo alcanzado el pasado viernes.

Con el afán de restar trascendencia al pacto, que ofrece un puente de plata al partido de Iñigo Urkullu para recuperar el poder en Euskadi, López defendió que los socialistas vascos han hecho un "ejercicio de responsabilidad" por encima de intereses de partido y están actuando "en beneficio del país". El dirigente del PSE dijo que está orgulloso de que el Estatuto reciba el "empujón definitivo" con el PSE en el Gobierno de Vitoria.

El mensaje en positivo del lendakari sobre la bondad del acuerdo para mejorar las relaciones entre Euskadi y España y la reivindicación del papel jugado por su Ejecutivo a la hora de reconducir "el soberanismo" de los peneuvistas a la senda estatutaria, recibió la airada respuesta del presidente del PNV. Urkullu no solo quiso estar importancia al apoyo a Zapatero negando, por segunda vez en menos de 24 horas, que se trate de un pacto de legislatura, sino que subrayó que el Estatuto de Gernika "no es la estación final".

LA COMISION BILATERAL Con estas dos ideas, Urkullu dinamitaba el argumentario de López, una misión en la que también participó ayer Josu Erkoreka. El portavoz del grupo vasco en el Congreso y negociador del pacto aseguró, en contra de lo que dicen los socialistas vascos, que la comisión mixta de transferencias vaya a ser el escenario principal del desarrollo estatutario. Erkoreka dijo que la comisión se limitará a la firma de los acuerdos que se alcancen, porque de su "impulso y supervisión" se ocupará el PNV en la comisión bilateral pactada con el PSOE.

El presidente del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti, con su apoyo a López, permitió romper la hegemonía del PNV en el Gobierno de Vitoria. Basagoiti afirmó que "algunos están intentando lastrar el cambio que se produjo en Euskadi". "Unos --dijo en referencia al PNV-- para volver a mandar y el otro para seguir mandando en la Moncloa".

Basagoiti expresó su temor de que la alianza sellada en el Congreso haya incluido la participación de la izquierda radical vasca en las elecciones municipales y forales del próximo mes de mayo. En un acto que celebró con candidatos del PP en Bilbao, Basagoiti habló directamente a Zapatero: "Estos concejales se juegan la vida y dan la vida por la España constitucional que usted es incapaz de defender".

Mariano Rajoy declaró que el pacto "transmite el mensaje de que el que cuenta es el PNV", no el PSE. Estos socios son, dijo, "un sindicato de intereses particulares" que atentan contra el interés general.

ACTITUD DESPREOCUPADA Por su parte, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, aprovechó ayer su apunte en su blog de internet para analizar las consecuencias que acarrea para su formación la nueva situación en el Congreso. En este sentido, Duran se mostró despreocupado por el hecho de que CiU pierda peso político en Madrid. "Al fin y al cabo, tener influencia en estos momentos es tenerla para administrar la miseria del final de la legislatura de Zapatero", escribió.

En la operación política para salvar la legislatura, no obstante, falta un episodio que se vivirá mañana en la Moncloa. A las doce y media está previsto que Zapatero reciba al presidente de Canarias, Paulino Rivero. Los dos diputados de CC también son necesarios para salvar al Ejecutivo hasta el 2012.

Ayer, Rivero amenazó con no firmar ningún pacto si no se admiten todas sus exigencias. Fuentes del Gobierno aseguraron que sus advertencias forman parte de "la lógica negociadora" y explicaron que, en las últimas semanas, el secretario de Estado de Cooperación Territorial, Gaspar Zarrías, ha dejado casi cerrado el acuerdo tras varias reuniones con Ana Oramas.