José Luis Rodríguez Zapatero no desea marginar al Gobierno vasco en el desafío de acabar con ETA, pero tampoco tolerará interferencias que pongan en peligro el proceso de paz. Con esta filosofía, según adelantan fuentes gubernamentales, el presidente pedirá hoy al lendakari, Juan José Ibarretxe, que aplace la apertura oficial del diálogo con la proscrita Batasuna en tanto no se den dos condiciones: la verificación de que ETA está dispuesta a dejar para siempre las armas y el regreso a la legalidad de la formación aberzale.

EL MEJOR ALIADO Por quinta vez en sus casi dos años de mandato, Zapatero recibirá hoy a Ibarretxe en la Moncloa con la paz como tema estrella del encuentro. Tras seis años de gélidas relaciones con José María Aznar, en abril del 2004 el lendakari halló en el nuevo jefe del Ejecutivo el mejor aliado para propiciar el fin dialogado del terrorismo. Pero una vez decretado el alto el fuego permanente de ETA, el lógico liderazgo de Zapatero en el incipiente proceso de paz relega a un segundo plano a Ibarretxe. Las tensiones están servidas.

Fuentes oficiales apuntaron ayer que, lejos de arrinconar a Ibarretxe, hoy Zapatero le tenderá la mano para que colabore y se sienta partícipe del proceso que debe conducir a la desaparición del terrorismo etarra. En cuanto al llamado proceso de normalización política, el presidente reclamará a su invitado que no se precipite en la convocatoria de la mesa de partidos que, con Batasuna incluida, deberá discutir el futuro estatus jurídico de Euskadi. "La prioridad es verificar la veracidad del alto el fuego", enfatizan fuentes oficiales.

Zapatero da por "superado" el plan del lendakari de constituir en breve una mesa de partidos que forzosamente debería ser extraparlamentaria para dar cabida a la ilegalizada formación aberzale. Y que, en esas circunstancias, no contaría con la participación del PP ni, salvo sorpresas, de los socialistas vascos.

FUNDAR OTRO PARTIDO Por eso el presidente solicitará a su invitado que frene la apertura de la mesa de partidos hasta que se confirme la voluntad de ETA de abandonar las armas. Lo que permitiría a Batasuna fundar otro partido que, renunciando a la violencia pero sin el deber de condenarla explícitamente, pudiera concurrir a las elecciones sin que fuera necesario derogar la vigente ley de partidos.

Para no quebrar la confianza mutua, hoy Zapatero expondrá a Ibarretxe la hoja de ruta con que afronta el camino hacia la paz, por lo demás de sobras conocida: verificación del alto el fuego antes de junio; reunión del pacto antiterrorista PSOE-PP; aval del Congreso al diálogo con ETA; e inicio de la negociación, circunscrita al futuro de presos, huidos y deportados. Se espera que el lendakari le anime a flexibilizar cuanto antes la política penitenciaria, a lo que el Ejecutivo parece, en principio, remiso.