Los jefes de Gobierno de España y Marruecos, José Luis Rodríguez Zapatero y Dris Jetú, expresaron ayer su total satisfacción por la cooperación bilateral contra la inmigración ilegal y consideraron un "fenómeno coyuntural" las avalanchas de subsaharianos en las fronteras de Ceuta y Melilla. No obstante, anunciaron algunas medidas para reforzar la colaboración, entre las que destaca la creación de equipos policiales mixtos. El Consejo de Ministros aprobará hoy medidas de seguridad, sociales y asistenciales para afrontar el problema.

Los incidentes de las últimas horas en las dos plazas norteafricanas marcaron la séptima reunión de alto nivel hispano-marroquí, celebrada en Sevilla. Zapatero elogió de modo entusiasta la cooperación de Rabat en el control de las fronteras y explicó los recientes acontecimientos como una reacción desesperada de los inmigrantes subsaharianos ante la decisión de España de aumentar de tres a seis metros la altura de la valla que separa Melilla de Marruecos. Jetú añadió a las causas la proximidad del invierno y la miseria en Africa.

LLAMADA A LA UE Los dos mandatarios coincidieron en que sus países no podrán combatir solos el fenómeno migratorio y apelaron a todos los países implicados para que asuman el problema como propio. Zapatero anunció que en la próxima cumbre de la Unión Europea exigirá que se activen las iniciativas adoptadas de control fronterizo. El presidente advirtió de que España y Marruecos seguirán actuando con "contundencia" frente a las redes de inmigración ilegal, pero subrayó que la solución del problema pasa por un "compromiso de fondo" de la comunidad internacional para sacar a Africa de la miseria en que está sumida.

Dentro de su exhibición de sintonía, Zapatero y Jetú eludieron polemizar sobre la autoría de los disparos contra cinco inmigrantes muertos la madrugada del jueves cuando intentaban pasar a Ceuta. Coincidieron en que ambos países realizarán las investigaciones pertinentes.

Jetú escuchó complacido los elogios de Zapatero sobre la colaboración de Rabat en la lucha contra la migración ilegal y aireó las mismas estadísticas que su anfitrión: el descenso de un 40% en el último año de los sin papeles que entran en España por pateras y por Ceuta y Melilla.

Tanto Jetú como Zapatero negaron haber actuado tarde en la prevención de los últimos incidentes. El marroquí alegó que su Gobierno "está desplegando desde la semana pasada" 1.600 efectivos adicionales a los 7.000 que vigilan las costas del país.

Zapatero pasó de puntillas sobre el problema de los presos saharauis en cárceles marroquís. Jetú señaló que "algunos" de los reclusos ya habían abandonado la huelga de hambre.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, exigió ayer al Gobierno que "obligue" a Marruecos a poner fin a los "asaltos masivos a la frontera" y acusó al Gobierno de actuar "con absoluta dejadez".