La lucha antiterrorista provocó ayer en el Congreso un enfrentamiento de especial dureza entre el Gobierno y el PP. La confrontación llegó a tal punto que el presidente de la Cámara, Manuel Marín, interrumpió la sesión en tres ocasiones. José Luis Rodríguez Zapatero afirmó que durante su mandato se ha detenido a 212 etarras y no ha habido "ni un solo atentado mortal". Rajoy le exigió "garantías" de que no va a pagar ningún "precio político" por la paz.

El presidente del Gobierno se mostró particularmente molesto con las acusaciones del PP sobre una supuesta intromisión política para liberar etarras al margen de los criterios legales. Zapatero manifestó que ello es "falso de toda falsedad" y reclamó al líder de los populares, Mariano Rajoy, que respete "al Estado, al Derecho, al Tribunal Supremo y a la verdad".

En medio de abucheos y gritos de "caradura" o "mentiroso" desde la bancada conservadora, el jefe del Ejecutivo sostuvo que se está en un momento "de los pocos tan favorables" en la lucha contra el terrorismo y para el final de la violencia. "Y espero --dijo Zapatero a Rajoy-- que sea con su apoyo, porque es lo que quieren sus votantes y lo que debe llevar en el corazón un buen demócrata y un buen patriota".

El líder popular acusó al presidente de haber "liquidado" el pacto antiterrorista y le reprochó sus "cesiones constantes" al entorno de ETA. También, dijo, continúan la extorsión a los empresarios y la colocación de bombas, como la que se puso el martes en Navarra y que no provocó daños personales.

TONO "MISERABLE" El debate subió más de tono en el turno de preguntas de los dirigentes populares Eduardo Zaplana y Angel Acebes a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. El primero condujo al terreno de la lucha antiterrorista una pregunta sobre la polémica por las viñetas de Mahoma, y afirmó que, con el Gobierno, "los verdugos encuentran con demasiada frecuencia justificación y excusas", mientras que las víctimas "no reciben comprensión y apoyo".

De la Vega, visiblemente airada, acusó al PP de utilizar un "tono miserable" en el debate antiterrorista y advirtió a los conservadores de que el Gobierno no va a "tolerar" la constante "falta de respeto" a Zapatero. Ironizó la vicepresidenta que el Gobierno es tan respetuoso con la oposición que incluso acepta que Zaplana se haya erigido en el "adalid de la libertad de expresión".

Dijo al PP que el 14 de marzo del 2004 perdieron las elecciones por mentir, en referencia a los atentados de Madrid, afirmación que fue respondida por los populares con gritos de "¡pásalo!", en alusión a los mensajes telefónicos que circularon en vísperas de los comicios llamando a manifestaciones frente a las sedes del PP y cuya autoría los conservadores siempre han atribuido al PSOE.