Ni un reproche al PSC. Y eso que el hermano catalán del PSOE se había comprometido en el último comité federal a bloquear el proyecto de Estatuto catalán en el Parlamento autonómico si no cumplía el principio de constitucionalidad que exigía el Gobierno central. José Luis Rodríguez Zapatero optó en la ejecutiva de ayer, la primera tras la llegada a las Cortes de la propuesta catalana, por mirar al futuro. Y remarcó ante la dirección de su partido la importancia del papel del PSOE en el Congreso para consensuar "las enmiendas" que "conviertan" el proyecto en una ley "constitucional" y que responda al "interés general" de los españoles.

El líder socialista descartó pedir cuentas al PSC. Afirmó que "no es tiempo de mirar al pasado y discutir si tenía que haberse tramitado así o de otra forma", sino de asumir que "ahora está en las Cortes" y su virtualidad futura depende exclusivamente de la "capacidad de lograr acuerdos" que demuestre el grupo socialista. Zapatero valoró la "oportunidad" que supone para el PSOE erigirse en el partido que logra "más autogobierno" para Cataluña con una reforma "que preserve el interés general".

CONSTITUCIONALIDAD NO BASTA Precisamente esta segunda condición (salvaguardar el interés general), añadida por el PSOE una vez que el texto ha sido registrado en el Congreso, será clave en la negociación que se llevará a cabo este mes en el Congreso, antes de que el 2 de noviembre se celebre el pleno de admisión a trámite del Estatuto.

Fuentes de la dirección socialista explicaron que hay partes del Estatuto que, aun siendo constitucionales, son "inadmisibles" para otros territorios. Es el caso del sistema de financiación y de la "bilateralidad" que establece el proyecto en la relación entre los gobiernos central y catalán. Zapatero transmitió a la dirección un mensaje de optimismo sobre el futuro del Estatuto y la influencia que su tramitación tendrá en el respaldo electoral del PSOE. El presidente remarcó que "la mayoría de la sociedad española quiere el acuerdo" y apoya una "reforma", siempre que sea fruto del consenso y cumpla la "constitucionalidad".

Un consenso en el que los socialistas ya ven "imposible" incluir al PP, aunque siguen llamando al partido de Mariano Rajoy a sumarse a la negociación. El portavoz de la ejecutiva, José Blanco, destacó que el PP "se aleja de la posibilidad de ser alternativa de Gobierno" con su actitud ante el Estatuto.

El PSOE valoró "la actitud de las fuerzas catalanas", porque desean "propiciar el diálogo" para enmendar el Estatuto hasta "convertirlo en ley". Los elegidos para capitanear esa negociación serán Alfredo Pérez Rubalcaba y José Montilla, que tratarán de pactar con ERC, CiU e IU modificaciones antes de que la propuesta sea oficialmente admitida a trámite. Les asesorará el experto constitucionalista Francisco Caamaño, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes.

"URTICARIA" Desde las filas del PSOE, siguen surgiendo críticas a la propuesta catalana. Ayer fue el turno del alcalde de A Coruña y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias. Francisco Vázquez afirmó que había iniciado la lectura del proyecto de Estatuto y que no se había visto capaz de pasar del preámbulo que, según Vázquez, provoca "urticaria".