José Luis Rodríguez Zapatero hizo ayer un remedo del "España va bien" para destacar los datos económicos en su balance semestral, toda vez que el proceso de paz ha fracasado y ETA ha roto el alto el fuego. "Somos un gran país, con una gran evolución económica y en materia de empleo. Debemos sentirnos orgullosos como sociedad", afirmó.

El presidente cumplió de nuevo su promesa de hacer una radiografía de España cada seis meses y ayer convocó a los medios de comunicación sin límite de tiempo ni de temas. Y eso pese a que la última vez que lo hizo, el 29 de diciembre, sus vaticinios caducaron al cabo de pocas horas. El "dentro de un año estaremos mejor que hoy" refiriéndose a ETA saltó por los aires el día siguiente en Barajas.

Ayer habló de la banda, pero únicamente para agradecer la colaboración policial de Francia, felicitar a las fuerzas de seguridad de ambos países y para mostrar prudencia: "No estamos exentos de riesgos por posibles acciones de ETA", afirmó.

LA "AMENAZA" Preguntado por la posibilidad de que los terroristas pudieran declarar un nuevo alto el fuego, Zapatero respondió que el Gobierno no tiene "ninguna información" en ese sentido y que lo único que tiene claro es la "amenaza" que supone la banda terrorista.

Quedó patente que el presidente español no tenía ningún interés en abundar en el conflicto vasco. A solo ocho meses de las elecciones generales, Zapatero quiso presentarse esgrimiendo las positivas cifras de empleo, hechas públicas horas antes por el Instituto Nacional de Estadística. "Es un día en el que rompemos nuevamente un dato histórico", afirmó, en referencia a la caída hasta el 7,95% de la tasa de paro, la más baja desde 1978. El presidente obvió cualquier referencia al elevado índice de temporalidad y de precariedad laboral.

En el turno de preguntas, Zapatero habló también de dos nombres propios que han sido noticia en los últimos días: el doble agente que vendió información a los servicios secretos rusos, Roberto Flórez, y el príncipe de Asturias.

En el primer caso, el presidente español defendió la inaudita rueda de prensa del director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz, y dijo que "en democracia" es "bastante razonable" entregar al traidor a los jueces, en alusión implícita a otros métodos más drásticos utilizados históricamente por los servicios secretos.

Zapatero rechazó pedir cuentas sobre el asunto al presidente ruso, Vladimir Putin, cuando se vean el próximo septiembre en la cumbre de Moscú. "Es una acción que se dirige contra un exmiembro del CNI de nuestro país, simplemente contra él", afirmó, pese a que algunos partidos y sectores de la sociedad han criticado su blandura con el Kremlin y la manera de trabajar de los servicios secretos rusos.

CONTROVERSIA POR LA REVISTA En el segundo caso, Zapatero sacó a iniciativa propia el nombre del Príncipe cuando se le pidió su análisis sobre la polémica con la revista El Jueves . El jefe del Ejecutivo --que explicó que no tiene previsto revisar la figura jurídica del secuestro de publicaciones esta legislatura-- dijo que no quería comentar la decisión judicial y aprovechó su respuesta para reflexionar sobre el asunto, una semana en la que diferentes voces han planteado la función de la Casa Real. "Quiero poner en valor el trabajo y la tarea institucional del Príncipe --declaró--. Puedo decir con tranquilidad y con conocimiento, a todos los ciudadanos, y sin exageraciones que tampoco vienen al caso, que cumple con una gran responsabilidad y con una gran dignidad su tarea como heredero", manifestó. Todo un alegato, no de la monarquía, sino del príncipe de Asturias.