Si José Luis Rodríguez Zapatero ha tenido toda la libertad para formar su Gobierno, que ayer celebró su primer Consejo de Ministros, también él adquiere toda la responsabilidad ante los posibles desencuentros en el seno del Ejecutivo. Zapatero exhibió ayer su autoridad, por tanto, para calmar las aguas, aunque se trate de las primeras horas del Gobierno, y solventar el conflicto entre el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y el segundo vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes. Lo dejó claro la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, en su primera intervención pública tras el Consejo de Ministros: "Hay un presidente que dirige un equipo cohesionado y vamos a trabajar como hemos hecho estos años", sentenció.

CUESTION IMPORTANTE Los propios interesados habían intervenido en el debate. Solbes, desde Washington, donde asistió a la reunión del Fondo Monetario Internacional, aseguró el pasado domingo que él era el vicepresidente, responsable del área económica del Ejecutivo. La cuestión es de suma importancia, porque Zapatero es consciente de que en los próximos meses la coyuntura económica poco favorable obligará a tomar decisiones con celeridad, sin que se deban interponer diferentes visiones o propuestas cruzadas entre Industria y Economía. De la Vega aseguró que "no existe ningún problema entre los dos", pero las malas relaciones que se evidenciaron en la pasada legislatura, cuando Solbes se vio obligado a defender su autonomía frente a las injerencias de Sebastián, que estaba al frente de la Oficina Económica de Presidencia, no se han acabado de superar.

De la Vega insistió, en cualquier caso, que se han establecido unas relaciones de "cooperación" en el área económica, en la que las competencias de Industria, que mantendrá la vital área de Energía, y las de Economía han quedado claras. Aunque siempre bajo la tutela de Zapatero, la vicepresidenta afirmó que Solbes será el encargado de dirigir y coordinar "el potente y magnífico" equipo económico del Gobierno, que tendrá una tercera columna en la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia.GRATITUD Para tratar de desterrar lo antes posible el desencuentro, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, una de las personas más próximas al presidente del Gobierno, quiso anticiparse en la toma de posesión de su cargo, que despertó una gran expectación. Con Solbes observándole a un metro escaso, Sebastián se esforzó en lanzar un mensaje de lealtad desde el primer segundo: "Quiero expresar mi gratitud al presidente por confiar en mí y al vicepresidente por dejarme formar parte de su equipo". El aludido no movió un músculo. "A mí me gusta trabajar en equipo y estoy dispuesto a hacerlo bajo la coordinación del vicepresidente económico y junto al resto del equipo económico", añadió con igual resultado.En un nuevo guiño a Solbes, puso punto y final a su intervención explicando que había decidido suspender la copa de celebración por el mal momento económico. "Al ministro le ha gustado la noticia", bromeó para carcajada de todos, salvo Solbes.Fuentes del equipo del vicepresidente explicaron que su seriedad se debía al cansancio, ya que a primera hora de la mañana había llegado desde Washington tras asistir a la reunión del FMI. En los corros, sin embargo, se especulaba con que la razón era que al final la política energética no ha pasado a su departamento, aunque las mismas fuentes negaban que Solbes la hubiera reclamado.

Durante el acto de toma de posesión, Sebastián estuvo acompañado por su madrina y sus hermanas, y por el sector energético en pleno, a cuyos dirigentes había invitado personalmente.

El Consejo de Ministros aprobó ayer la estructura del Ejecutivo. "Es un Gobierno que conducirá a España a la vanguardia en políticas económicas y sociales", afirmó Fernández de la Vega, que mantiene su poder.