José Luis Rodríguez Zapatero aprovechó ayer su presencia en la Fiesta de la Rosa de los socialistas catalanes en Gavà (Barcelona) para volver a subrayar la importancia de la política social de su Gobierno y presentarla como el logro más destacado de su gestión.

Ante los más de 20.000 asistentes al acto, el presidente del Ejecutivo recriminó a los populares que le acusen de electoralismo por anunciar medidas sociales a siete meses de las elecciones generales. "Desde el primer día de entrar en el Gobierno les hemos dedicado una atención preferente aumentos de pensiones, ley de dependencia, ayudas a la familia o servicios de odontología para los niños, entre otras y, por ello, vamos a seguir haciéndolo hasta el último día", argumentó. E insistió en su apuesta por las medidas de carácter social: "Si podemos tomar medidas en favor de los trabajadores y de la gente, las vamos a tomar, porque eso es lo que quieren" los ciudadanos.

El presidente mostró su confianza en la victoria del PSOE en los comicios de marzo ante la "falta de proyecto" del PP. Y se extendió: "Esa falta de ideas, de proyecto, de medidas, ese pesimismo congénito que parece que acompaña a la derecha, sobre todo cuando no está en el poder", hace que el PP no tenga "confianza en sí mismo como proyecto político" y que los ciudadanos desconfíen de esa "derecha muy conservadora".

"TODO CULPA DE ZAPATERO" En sus reproches al PP, Zapatero echó mano de la ironía y del humor. Así, lamentó la oposición "compulsiva" del PP en estos años y el hecho de que los populares le atribuyan cualquier problema del mundo. "Que en EEUU hay problemas con las hipotecas, la culpa es de Zapatero; que dimite Josu Jon Imaz, la culpa de Zapatero; que hay unos energúmenos que queman imágenes del Rey, la culpa de Zapatero. Y menos mal que ayer ganamos a Grecia, porque si hubiéramos perdido hubieran dicho que la culpa era de Zapatero", bromeó.

El dirigente socialista pidió a militantes y simpatizantes socialistas una campaña electoral limpia, "con respeto, sin insultar a nadie, aguantando las críticas, buscando siempre el encuentro y aplicando mucho talante".

En el acto de ayer también intervino la ministra de Vivienda, Carme Chacón, que aludió a las palabras de Rajoy en la que este aseguró que al Gobierno socialista se le está acabando la "herencia" que dejó el Ejecutivo de Aznar. Chacón corroboró que, efectivamente, "sí se está acabando: ha tenido que venir el Gobierno (socialista) para darle la vuelta a esa nefasta herencia".

En clave catalana, el secretario general del PSOE se comprometió a trabajar a fondo para conseguir que "Cataluña tenga unas infraestructuras de primera" y recupere su "liderazgo ferroviario, económico e industrial" en el conjunto de España, y para que el aeropuerto de El Prat "sea un modelo para Europa".

"NO NOS FALLES" Reconoció que ha habido "fallos" en la red de Cercanías de Renfe en Cataluña, que justificó en la falta de inversión, o en las obras de la alta velocidad, aunque agregó que "algunos de los que tanto están hablando de inversiones y de Cercanías podían haberse acordado antes", en referencia a CiU. "Podían haberse acordado antes, porque estuvieron gobernando mucho tiempo y colaborando con el Gobierno de José María Aznar", remachó. Con anterioridad, había tomado la palabra el presidente de la Generalitat de Cataluña y primer secretario del PSC, José Montilla, quien reclamó a Zapatero el cumplimiento de los compromisos adquiridos sobre el desarrollo del Estatuto autonómico. "No nos falles", le dijo Montilla.

El exministro no desaprovechó la ocasión para referirse a las próximas elecciones generales. Montilla recordó que lo que está en juego en esta convocatoria es decidir entre Zapatero o Mariano Rajoy, "entre transformar el país en beneficio de todos o volver al favoritismo de unos pocos, a la crispación y al conflicto permanente". Como muestra de este extremismo de los conservadores, citó la marcha del PP de Josep Piqué y del expresidente balear Jaume Matas.