Un José Luis Rodríguez Zapatero visiblemente afectado por la noticia del asesinato de dos guardias civiles en Navarra apostó ayer por una "Europa social, unida y en paz", ante las más de 3.000 personas que abarrotaban la sala Jean Mermoz de Toulouse (sur de Francia).

El presidente se desplazó a la capital del Midi-Pyrénées para participar en uno de los actos centrales de la campaña electoral europea del Partido Socialista francés, junto al exprimer ministro Laurent Fabius y el primer secretario del partido, Fran§ois Holande. Zapatero pronunció un discurso marcado por la defensa de los derechos sociales.

Y ahora, la Europa social proclama el eslogan electoral de los socialistas franceses, que al contrario de lo que suele suceder en las campañas del PSOE y del PSC, emplean un tono inequívocamente de izquierdas en su programa electoral e incluso en la escenografía de sus mítines, como pudo verse ayer en Toulouse. En este entorno, Zapatero acentuó las partes más izquierdistas de su discurso.

DISCREPANCIAS Frente a quienes abogan por el desmantelamiento de los servicios sociales, el líder socialista defendió "más Estado del bienestar". Zapatero evitó referirse a las discrepancias existentes entre el PSOE y los socialistas franceses. Estos distribuyeron ayer el manifiesto Votar por la Europa social con la firma del presidente español. Fuentes del PSOE negaron que hubiera dado su respaldo a un documento cuyos planteamientos van más lejos que los de los socialistas españoles y que, entre otras cuestiones, afirma que "ha llegado el momento de sustituir el pacto de estabilidad déficit cero por un pacto de crecimiento y de empleo".

El secretario general del PSOE mostró su fe europeísta y rindió homenaje a la solidaridad mostrada por el pueblo francés hacia los exiliados españoles, muchos de los cuales hicieron de Toulouse su tierra de acogida. También Zapatero recordó que fue en esta ciudad donde el PSOE mantuvo su organización en el exilio durante el franquismo.

El mitin se inició con media hora de retraso. Los simpatizantes socialistas, entre los que se encontraban muchos de origen español, recibieron a Zapatero con gritos de "presidente, presidente". Pocos sabían del asesinato de dos guardias civiles e ignoraban que el retraso se debía a que el presidente del Gobierno aguardaba noticias directas.

En Murcia, el cabeza de la lista socialista a las elecciones europeas, Josep Borrell, defendió el plan hidrológico de cuando era ministro de Obras Públicas, que incluía la conexión de cuencas, pero aseguró que hoy, "con los pies en la tierra, es más viable y más rápido" usar las desaladoras, como propone el Gobierno de Zapatero. "Es cierto que pensé en conectar todas las cuencas de España, pero nunca se me pasó por la cabeza llevar agua desde el Ebro hasta Almería, porque eso es una barbaridad económica y ecológica".

Borrell recordó que en 1993 Aznar se opuso a su plan. "Entonces pronunció aquella frase tan cínica y santurrona: ´Dios ha hecho a España como es, mitad húmeda y mitad seca´". El candidato socialista dijo que si entonces el PP no hubiera "bloqueado" el proyecto, aquel plan aún sería posible. "El único que ha llevado agua a Murcia he sido yo, porque entre 1992 y 1995 hubo una sequía terrible y había que salvar, ya no las cosechas, sino la vegetación".