Ahora que tiene oxígeno parlamentario suficiente para aguantar hasta el 2012 y un Gobierno con ese perfil más político y menos técnico que le reclamaba el partido, José Luis Rodríguez Zapatero vuelve a retomar el discurso de izquierdas. Lo hizo ayer en el comité federal, el máximo órgano socialista, ante unos dirigentes del PSOE que en muchos casos se encuentran mareados e incómodos ante el casi monotemático discurso del Ejecutivo en los últimos tiempos, basado en la necesidad de ser austeros y recortar el gasto social. O al menos se encontraban, porque ahora, cuando no ha pasado ni un mes desde el traumático proceso de primarias en Madrid y las explosivas declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha --"o cambiamos de rumbo o nos dirigimos a una catástrofe electoral", dijo José María Barreda--, todo parece distinto. También el jefe del Ejecutivo.

COMBATIR LAS DESIGUALDADES "La próxima tarea del Gobierno va a ser una nueva agenda social que adecue la protección social a los cambios que van a operar las reformas económicas como consecuencia de la crisis. Se trata de que no se generen más desigualdades sociales, de atender a aquellos con más dificultades. La agenda actuará en favor de los parados de larga duración y en la formación y las políticas de familia, para favorecer la conciliación como un camino imprescindible para la incorporación al mercado de trabajo de las mujeres", anunció el secretario general del PSOE. Justo antes, el presidente había abogado por el ajuste de "los beneficios de los empresarios".

Fue el suyo un discurso netamente electoral, de precampaña, con mordiscos al PP --"Mariano Rajoy se ha puesto de perfil, y si un líder político se pone de perfil no tiene perfil de líder político"--, exigencias de ejercicios pedagógicos --"pido al Gobierno y al partido un esfuerzo nuevo para que la ciudadanía comparta con nosotros la necesidad de las reformas"-- y loas a las virtudes de la unidad en estos tiempos revueltos. "Tengamos presente que todo el partido unido, motivado y movilizado es capaz de conseguir los objetivos que tenemos planteados --concluyó el jefe del Ejecutivo--. Sé que queríais impulso e iniciativa. He hecho todo el esfuerzo. Ahora os veo más motivados".

Lo están. Hace solo una semana y media, antes de la profunda remodelación del Gobierno y el pacto con el PNV y Coalición Canaria, este comité federal se presentaba como el de los truenos, con el PSOE deprimido frente a las desfavorables encuestas, pero ahora la atmósfera en el partido es de remontada. Como un equipo de fútbol que se va al descanso perdiendo, cambia de alineación y sale enchufado al campo. Lo más parecido a una crítica vino del presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que se quejó de haberse enterado "por la radio" del relevo en la Secretaría de Organización socialista, mientras que Tomás Gó- mez, aspirante a presidir la Comunidad de Madrid, pidió a Zapatero que diga "cuanto antes" que se presentará a la reelección.

"Pero no podemos ser como el champán", insistió después el candidato socialista a la Comunidad de Navarra, Roberto Jiménez, preocupado porque las burbujas de la euforia se disipen en una semana. Por el momento, están bien arriba.