Debate interno, sí. Pero sin críticas a la "autoridad" de José Luis Rodríguez Zapatero ni divisiones abiertas. Al menos en la ejecutiva federal del PSOE, que ayer discutió largo y tendido los recortes sociales aprobados el jueves por el Congreso y el que se cierne a cuenta de la reforma laboral, pero sin levantar la voz más de lo necesario ante la convicción común de que son medidas tan "dolorosas" como "inevitables". Una tesis que el presidente llevó más allá, al encajar las huelgas que se avecinan como un "derecho social".

El secretario general socialista explicó las razones ya conocidas, en clave de coyuntura mundial, para frenar "seis años de defensa prioritaria de los derechos sociales y de los trabajadores". "Son medidas progresivas, que obligan a un mayor esfuerzo a los que más tienen, y de carácter temporal", añadió.

PAZ SOCIAL En estos dos argumentos basan los socialistas su defensa de que no han variado el rumbo ideológico, sino que ha sido un giro momentáneo, a regañadientes y forzados por un golpe de viento inesperado. "Somos el Gobierno que más ha preservado la paz social", recordó el jefe del Ejecutivo. Por lo que, si ahora esta se rompe, toca minimizar daños.

Primero, intentando "hasta el último segundo" que la patronal y los sindicatos lleguen a un acuerdo. Si no se logra, como parece, decretando una reforma con "responsabilidad", pero evitando un choque frontal con los representantes de los trabajadores. Y si estos convocan una huelga general, aceptándola como si fuera un pescozón merecido que cae de manos de un amigo.

La ejecutiva dedicó poco tiempo a "distraerse", como dijo la secretaria de organización, Leire Pajín, analizando las últimas encuestas que dan mayoría absoluta al PP o sopesando la convocatoria de unas elecciones anticipadas. Sí se habló de la actual soledad parlamentaria del Gobierno, tras el alejamiento de CiU, el PNV y la izquierda minoritaria. Ahí le tocó a José Blanco, el número dos del partido, levantar los ánimos, recordando que en esta legislatura aún no han perdido ninguna "votación clave", pese a no tener mayoría parlamentaria.