La cita entre José Luis Rodríguez Zapatero y Juan José Ibarretxe ya tiene fecha. Será el día 16 a primera hora de la mañana cuando el lendakari expondrá al presidente del Gobierno su oferta para un pacto político entre ambos que posibilite avanzar en el plan para redefinir las relaciones entre España y Euskadi que propugna Ibarretxe.

El encuentro en la Moncloa abrirá el periodo de nueve meses que Ibarretxe ha marcado como "suficiente" para este acuerdo, que pretende ser algo semejante a lo que en 1993 fraguaron los presidentes de Irlanda y del Reino Unido. Reconocido como declaración de Downing Street , aquel pacto fue el comienzo de la solución al problema irlandés.

La pretensión del lendakari topa con los planes del PSOE, ocupado en revalidar su triunfo en las elecciones. Por eso, desde que Ibarretxe presentó su propuesta el viernes, los miembros del Gobierno y del PSOE han expresado su rechazo y han recordado que todo lo que se haga será dentro de la Constitución.

GOLPE BAJO La ola de descalificaciones a la propuesta ha sido de tal calibre que el lendakari se vio forzado a comparecer ayer de forma extraordinaria tras el Consejo de Gobierno semanal para pedir tranquilidad. Apoyándose en un esquema que resume su calendario en cinco pasos, confirmó su intención de llevar a cabo la consulta, pero enfatizó que lo importante ahora es el primer paso, el acuerdo con Zapatero. Sin embargo, aprovechó para resarcirse de las críticas y ataques recibidos, como el de José Bono, sobre una posible respuesta policial a fin de impedir que los vascos se pronuncien. Ibarretxe recurrió a su tono más irónico para dar un golpe bajo a Zapatero y al PSOE : "Si en mayo estaban hablando con ETA y Batasuna, no tendrán ningún problema para hablar conmigo y, si llega el caso, negociar". En este punto, Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior, anduvo al quite y reprochó a Ibarretxe que tales comparaciones "no son razonables". Ibarretxe denunció los intentos de confundir sobre su iniciativa. Recalcó que la consulta que propone tiene "perfecto amparo" legal porque no se trata de un referendo, que sí requiere autorización del presidente del Gobierno, y enfatizó su disposición a llevarla a cabo.

Además, minimizó el desmarque de su compañero de partido, el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, que ha dado por seguro que la consulta no se realizará y que traerá problemas. Ibarretxe dijo "respetar" la reacción de su compañero --al que ayer mismo se unió el presidente de la patronal alavesa, Juan José Azurmendi, al decir que la consulta "no es del todo buena"--, pero subrayó que cuenta con el "consciente y completo apoyo" del PNV y de sus socios, Eusko Alkartasuna (EA) y Ezker Batua (EB).

Anunció que no se va a dejar impresionar por eventuales iniciativas que en contra de la consulta pueden adoptar otras instituciones vascas.

COMO EL 23-F Las llamadas de Ibarretxe a la calma no tuvieron efecto. Desde el PP, Eduardo Zaplana dijo que "el ataque" del lendakari al Estado de derecho y a la Constitución solo es "comparable al 23-F", en alusión al golpe de Estado que encabezó Antonio Tejero en 1981. También pidió la comparecencia en el Congreso de Zapatero, de Rubalcaba y del fiscal general del Estado para que expliquen cómo harán frente al "tsunami de desafíos nacionalistas". El secretario general del PSE, Patxi López, dijo que el lendakari no tiene otro objetivo que el de "asentarse" como candidato del PNV.