José Luis Rodríguez Zapatero avisó ayer a Juan José Ibarretxe de que su "idea, que no es ni un plan ni un proyecto", de la consulta soberanista es "ilegal", vulnera la Constitución y no va a salir adelante. El presidente del Gobierno consideró que el lendakari ha dado "un paso equivocado con un fin electoral" y replicó al mandatario vasco que "lo que que más divide es no respetar el ordenamiento constitucional y la ley".

En rueda de prensa conjunta con el primer ministro francés, François Fillon, al término de la reunión de alto nivel hispano- francesa en Zaragoza, Zapatero quiso garantizar que el Ejecutivo, aunque impugne la consulta, mantendrá la relación institucional con el Gobierno vasco. "No por el señor Ibarretxe --añadió--, sino porque el Ejecutivo de Vitoria representa a los ciudadanos vascos, y estos están dentro de mis obligaciones como presidente del Gobierno".

"NI UN SOLO DIA" La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega fue más categórica. Anunció que el Ejecutivo "no tardará ni un solo día" en poner en marcha el mecanismo del recurso ante el Tribunal Constitucional, para lo que consultará previamente al Consejo de Estado como es preceptivo. Dijo que, si el órgano consultivo actúa con la rapidez que se espera, el Consejo de Ministros del próximo viernes aprobará la presentación del recurso para que la iniciativa de Ibarretxe "vuelva al cajón del que salió".

La vicepresidenta dijo respetar "con estricta lealtad institucional" la decisión del Parlamento vasco, pero recalcó que exige "la misma lealtad" a las normas del Estado de derecho.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, instó ayer al Gobierno a que pida "automáticamente" al Constitucional la suspensión de la ley, sin esperar siquiera al dictamen del Consejo de Estado. Anunció a la vez que su partido prepara ya un recurso, con lo que los populares pretenden exhibir una mayor capacidad de respuesta que el Ejecutivo.