Como en febrero, cuando aseguró vislumbrar "el principio del fin" del terrorismo semanas antes de que ETA anunciase la tregua, José Luis Rodríguez Zapatero sacó ayer sus dotes de profeta: "Dentro de un año estaremos mejor que hoy". El presidente hizo oídos sordos a los indicios que ponen en tela de juicio la voluntad de ETA de dejar las armas y llamó a los españoles a mantener el optimismo sobre el proceso. Lo hizo expresando su "convicción" personal, pero sin dar datos nuevos.

A Zapatero le gusta respetar sus promesas, y una de ellas es celebrar al menos dos comparecencias al año ante los medios para repasar la actualidad. Ayer cumplió su palabra, aunque no tuviera nada nuevo que decir respecto al proceso de paz. Y es que el fin del terrorismo es incómodo de tratar y eclipsa el resto de actividad del Gobierno.

No es de extrañar, pues, que el presidente se presentara cargado de datos para presumir de su gestión y, sin concesión a la autocrítica, fijar las prioridades del 2007. El crecimiento económico, la creación de empleo, los derechos sociales... Pero el grueso de las preguntas versaron sobre el diálogo con ETA.

SILENCIO De poco le sirvió el parco mensaje inicial, en el que se limitó a glosar la ausencia de atentados --"accidentes mortales", dijo en un lapsus luego aclarado por la Moncloa--, vaticinó avances en el 2007 y garantizó que "el Gobierno seguirá trabajando por el fin de la violencia". Interpelado por la entrevista que enviados del Gobierno mantuvieron con ETA el 14 de diciembre, Zapatero evitó confirmarla alegando que su "deber" es guardar silencio. ¿Puede haber contactos con ETA mientras persiste la kale borroka ? "Hemos establecido cuáles son las condiciones para un diálogo entre el Gobierno y ETA." ¿Acercará a los presos a Euskadi? "No comentaré hipótesis". Y así, hasta la extenuación.

Zapatero no ocultó su interés en que la izquierda aberzale, previo cumplimiento de la ley de partidos, funde una fuerza política legal con la que pueda concurrir a las elecciones locales del 2007. "Espero que se den las condiciones de respeto a la ley de partidos para que todos puedan estar en las elecciones". Y, por vez primera, enunció el requisito que deben cumplir los sucesores de Batasuna para regresar a las instituciones: "El alejamiento de la violencia".

Escéptico sobre la posibilidad de que el PP apoye el proceso de paz, solo hizo votos por que el 2007 "propicie un clima más favorable al entendimiento". "Todos deberemos poner algo de nuestra parte", reconoció. El presidente ratificó que su "objetivo" es agotar la legislatura y que las elecciones sean en marzo del 2008. Agradeció a los socios del Gobierno su apoyo, pero dijo que no habrá pactos estables.