Poco ruido y menos nueces hubo ayer en las casi dos horas de reunión entre José Luis Rodríguez Zapatero y Juan José Ibarretxe. En la Moncloa, las litúrgicas ofertas de "diálogo" y "cooperación" ante el proceso de paz se resumieron en el compromiso del lendakari de ajustar su calendario político a los planes del presidente, cuya única prioridad es lograr el fin de ETA. Zapatero, en suma, convenció a Ibarretxe para que posponga sin fecha su plan de constituir tras el verano una mesa de partidos que aborde, con la ilegalizada Batasuna presente, el futuro estatus político de Euskadi.

"El protagonismo para definir el futuro político corresponde al pueblo vasco". A la salida de la Moncloa, éstas fueron las primeras palabras de Ibarretxe, quien aseguró que condensaban una idea compartida por Zapatero. Pronto se descubrió que ese supuesto acuerdo se basaba en la polisemia: para el lendakari, el "protagonismo" del pueblo vasco implica que "se respeten sus decisiones", eufemismo que evoca el derecho a la autodeterminación; para el presidente, en cambio, sólo significa que los vascos voten en referendo un nuevo Estatuto.

PROCESOS DISTINTOS Al menos hasta ayer, las coincidencias entre Zapatero e Ibarretxe se circunscribían al reto de acabar con ETA; a partir de ahí, poco tiene que ver el proceso de normalización política de Euskadi que quiere encabezar el líder vasco y el que el presidente español tiene en la cabeza.

Llegó Ibarretxe a la Moncloa convencido de que, si como parece, en junio Zapatero pedirá permiso al Congreso para negociar con ETA, nada debería impedir que en otoño las fuerzas vascas constituyan una mesa de diálogo con la proscrita Batasuna. Al salir, por contra, no habló de esa "mesa de partidos", sino de los "instrumentos de diálogo multipartito", y admitió que trabajará "sin prisas y sin pausa".

LA PRESENCIA DE PSE Y PP "Antes de cualquier convocatoria debemos hablar entre todos con discreción para crear las condiciones que permitan alcanzar acuerdos. Son mucho más importantes esas garantías que si la reunión se celebra un mes antes o después", apuntó el lendakari.

Pero esas enigmáticas "condiciones" no son otras que la participación en ese foro del PSE y el PP, que ayer Zapatero descartó ante Ibarretxe en tanto ETA sea una amenaza y Batasuna siga en la clandestinidad. Si se solapa la negociación con la banda y el diálogo entre las fuerzas vascas, el presidente teme que los terroristas intenten arrancar contrapartidas políticas indirectas a cambio de entregar las armas.

La vicepresidenta, Teresa Fernández de la Vega, lo explicó luego con nitidez: "Este es el momento de la paz", "más adelante vendrá la política" y, cuando así sea, sólo habrá diálogo por "cauces democráticos" y cuando la izquierda aberzale se haya constituido como partido "legal".