José Luis Rodríguez Zapatero negó ayer que el Gobierno se haya plegado a las exigencias de Iñaki de Juana Chaos por haberlo trasladado a Euskadi, como dio por hecho Mariano Rajoy, y aseguró que no va a bajar la cabeza ante la avalancha de acusaciones diarias que le lanzan los populares. "Ni chantaje ni montaje. Este gobierno no acepta chantajes ni se achanta ante el montaje de mentiras del PP", sentenció en su primer cara a cara con el líder de la oposición después de la excarcelación del etarra.

También era la primera vez que se encontraban frente a frente en el Parlamento tras la manifestación convocada por Rajoy para censurar en la calle la política antiterrorista del Gobierno. El líder del PP, que hasta intentó introducir la polémica sobre el etarra en su intervención sobre el último Consejo Europeo, fue ovacionado por los suyos nada más llegar al hemiciclo. Pareció ensayado. Entró dos minutos después de que empezara el pleno y los suyos se pusieron en pie para aplaudirle "por el éxito de la manifestación".

VALORACIONES DEL SABADO Rajoy dijo que su protesta había sido "serena, ejemplar, cívica, responsable y seria" y Zapatero expresó su "máximo respeto" por los que expresaron su opinión. Pero insistió en que su forma de luchar contra ETA se basa en la prevención, el combate a la banda y el trabajo para conseguir el fin de la violencia.

Lo que reprochó de nuevo al jefe del PP es no haber contado "ni un solo día" con su apoyo así como su incomprensión ante una decisión tomada "con sentido de Estado y para garantizar la seguridad de todos". Los populares casi no le dejaron acabar. Entendieron que el objetivo de "evitar más muertes", como había afirmado también Alfredo Pérez Rubalcaba el día anterior, equivale a ceder.

Cuando la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, respondió a Angel Acebes que el discurso del PP es "tramposo en el fondo y demagogo en la forma", el número dos de Rajoy aseguró que el Gobierno ha decidido "darles todo a los terroristas para que perdonen la vida a los ciudadanos". De la Vega insistió en que se ha cumplido la ley y se seguirá cumpliendo cuando mejore la salud del etarra pero, indignada ante los gritos de "mentirosa", acabó recordando a Acebes: "Usted una vez salió manipulando y perdió. Le va a pasar lo mismo".

Como se esperaba, y más en el día que se cumplen tres años de haber llegado al poder, los tres días que mediaron entre el atentado y el triunfo del PSOE en las urnas salieron a relucir. De la Vega, y también Rubalcaba, acusaron al PP de querer recuperar el poder "a toda costa" gracias a la crispación. El ministro del Interior fue el más explícito. Dijo que en el juicio del 11-M se ha demostrado que el PP mintió "desde el mismo día 11 por la tarde" y que está en el "ahora o nunca", porque "o llega al Gobierno con ETA o no llega".

Eduardo Zaplana se enzarzó con la vicepresidenta en un agrio debate sobre el cumplimiento de las penas y negó que el Ejecutivo de José María Aznar fuera benevolente con algunos etarras. "No echen basura en la gestión más eficaz y limpia que ha habido. Nosotros no somos tramposos, los tramposos están en su bancada", espetó a De la Vega. No hizo falta que mencionase las siglas del GAL.