El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, ha insistido hoy en que hasta el próximo año no desvelará si tiene intención de volver a ser candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, pero ha garantizado que tiene "ánimo y fuerza como el primer día". En una entrevista en la Cadena SER, recogida por Efe, ha subrayado que, como secretario general del PSOE, ahora está concentrado en las próximas elecciones catalanas y en las municipales y autonómicas de mayo, por lo que su futuro personal queda aplazado hasta después.

No ha querido restar valor a las encuestas que reflejan su baja popularidad, pero ha apuntado que son más importantes las elecciones que los sondeos y se ha negado a considerarlas como definitivas. También ha eludido hablar de otros posibles buenos candidatos en su partido; "nadie puede entender que es mejor que nadie; por supuesto que hay buenos candidatos en el PSOE; las cosas cuando tocan", ha insistido, para asegurar que la decisión de 2012 se adoptará "con naturalidad".

Tras considerar normal que las dificultades que atraviesa el país se traduzcan en una imagen de soledad del presidente del Gobierno, ha asegurado que no se siente solo y ha destacado el respaldo "ejemplar" que tiene del Ejecutivo, del PSOE y del grupo parlamentario. En este contexto, ha insistido en que no está en sus planes una remodelación del Gobierno al margen de cambios puntuales como el del ministro de Trabajo porque, a su juicio, cualquier alteración en el área económica del gabinete "haría distraer tiempo" y no sería adecuado.

Según ha apuntado, la propia ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, está "sorprendidísima" con el rumor aparecido en los medios de que ha pedido dejar el Ejecutivo. La posibilidad de adelantar las elecciones si no consigue respaldos para los presupuestos generales del Estado de 2011 tampoco está de momento entre sus planes, ya que confía en las negociaciones en marcha con el PNV. Zapatero ha vuelto a incluir en ese diálogo a Coalición Canaria y a UPN, aquellos grupos, ha reconocido, que "habitualmente tienen una actitud más favorable al entendimiento y a mojarse en una situación difícil".

Junto a la negociación presupuestaria ha manifestado que el Gobierno está centrado en los ajustes y en las reformas y ha rechazado las críticas a la decisión de permitir ahora que los ayuntamientos con las cuentas más saneadas se endeuden, algo que se les había prohibido hace pocos meses. A su juicio, peor que rectificar sería convertirse en "un gobierno de la obcecación" y no invertir más o permitir hacerlo a los ayuntamientos si la situación ha mejorado y ahora hay margen. "Sería un gobierno de desastre", ha destacado tras dejar abierta la posibilidad de aliviar de nuevo alguno de los recortes si dentro de unos meses la economía sigue mejorando.