José Luis Rodríguez Zapatero descarta emprender una caza de brujas en el PSOE por el caso de los dos diputados traidores de la Asamblea de Madrid. En su opinión, corresponde al PP adoptar medidas de escarmiento respecto a la implicación en la trama de varios de sus militantes. "Que se purguen ellos", replicó a la pregunta de un periodista en el Congreso.

El líder socialista considera que el PSOE asumió sus responsabilidades. Expulsó de sus filas a los tránsfugas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez --y también a su protector, José Luis Balbás--, y los llevó ante la justicia.

COMITE DE NOTABLES

Zapatero se propone reforzar los mecanismos de control a la hora de confeccionar las listas electorales, dejando claro que Rafael Simancas seguirá siendo el líder de la Federación Socialista Madrileña (FSM). Ese control adicional, que se aplicaría para la elaboración de la candidatura si se celebran elecciones en otoño, podría ejercerlo un comité de notables. Si prospera la idea, un pequeño colectivo de militantes destacados y fuera de toda sospecha actuarían a modo de garantes de la idoneidad de los candidatos.

La saña con la que José María Aznar fustigó a Zapatero en el debate sobre el estado de la nación y la sólida intervención de éste, han conseguido un cierre de filas en el PSOE que no se apreciaba al inicio de esta crisis.

No obstante, algún cuadro socialista sostuvo ayer que, a reserva de la investigación judicial, es "excesivo" calificar el posible soborno de dos parlamentarios de "golpe de Estado contra la democracia", como hizo Zapatero. A su juicio, la condena debería haberse centrado exclusivamente en el caso de Madrid. Otros echaron en falta que el líder del PSOE no se sacara de la manga algún dato nuevo sobre la investigación.

Zapatero aseguró a su vez que no ha perdido ninguno de los tres debates sobre el estado de la nación que ha mantenido con Aznar, y se sorprendió de que el presidente no aceptase el reto de subir a la tribuna y afirmar que ningún dirigente del PP desconocía lo que iba a ocurrir en el Parlamento regional.

El líder del PSOE desveló también que el domingo Felipe González le pidió dureza en su enfrentamiento con el presidente del Gobierno. También anticipó que protagonizará el debate de otoño sobre los presupuestos para el 2004 y se felicitó de que Aznar no celebre más debates.

APOYOS

El portavoz socialista Jesús Caldera opinó que Zapatero representó el "diálogo y la convivencia", y Aznar "la ira y el rencor". Josep Borrell, representante en la Convención Europea, destacó que estuvo "sereno, sólido y contundente". José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, subrayó que "nunca encontrarán cobijo" quienes apuntan que él sería un buen recambio de Zapatero.