José Luis Rodríguez Zapatero no quiere que los intentos de Batasuna para participar en las elecciones municipales ni las declaraciones de la banda terrorista ETA distraigan al electorado socialista de la razón de los comicios del 27 de mayo, que es la elección de alcaldes y presidentes autonómicos. El líder socialista pretende romper la estrategia del PP, que mantiene la confrontación por ETA en el Congreso, aunque Mariano Rajoy presume de centrar su alternativa en asuntos como la economía.

Por eso Zapatero ha exigido a su cúpula que evite el debate antiterrorista y centre la campaña electoral en los logros sociales de su Gobierno. El ha sido el primero en aplicarse la receta. Lo hizo el domingo en un mitin en Huelva, donde ni siquiera mencionó a los terroristas. Y eso que ETA se desayunó al día siguiente con una entrevista en el diario Gara en la que amenazaba con tomar represalias si el Estado impedía a Batasuna participar en el gobierno de los ayuntamientos.

ENSAYO DE LAS GENERALES Desde la esquina contraria del ring, Mariano Rajoy sigue aferrado a su convicción de que Zapatero adelantará las elecciones. Por eso y porque el PP se plantea estas municipales como un ensayo de las generales, el líder conservador quiere "sobre todo hablar de economía" y propone planes de competitividad y medidas como rebajar sustancialmente el impuesto de sociedades.

Hace unas semanas, los dirigentes del PP empezaron a referirse al 27-M como unas "primarias", en las que Rajoy podía medirse con Zapatero y consolidar su imagen de candidato a presidente. Sin embargo, ante la incertidumbre sobre el resultado, los conservadores recularon.

Mientras, Alberto Ruiz-Gallardón anunció ayer que no descarta ir en las listas del PP al Congreso, que encabezará Rajoy, "siempre que sea compatible con la alcaldía", si los ciudadanos le vuelven a elegir como primer edil de Madrid.