José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió ayer a elevar la ayuda oficial al desarrollo hasta el 0,7% del PIB en la siguiente legislatura, si gana las próximas elecciones generales. Aseguró que, en el actual mandato, esas aportaciones llegarán al 0,5% del PIB, el doble de los fondos que les destinaba el Gobierno del PP.

El presidente hizo este anuncio en la cumbre de la Iniciativa contra el Hambre y la Pobreza, que se celebró en la ONU con la participación de 56 jefes de Estado y de Gobierno. Zapatero se sumó en mayo al núcleo de promotores de la iniciativa --el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el francés Jacques Chirac y el chileno Ricardo Lagos--, cuyo fin es plantear propuestas para que se cumplan los objetivos de la Cumbre del Milenio para la erradicación de la pobreza.

CARGA SOCIAL En una intervención de fuerte carga social, el líder español reclamó "valentía" a los dirigentes mundiales para "explorar reformas en las reglas del juego de la política y la economía internacional" para lograr un mundo más justo y con menos desequilibrios.

Zapatero consideró "modesta" la propuesta del Banco Mundial y otras instituciones, que han planteado que para cumplir los objetivos del Milenio se necesitan entre 50.000 y 100.000 millones de dólares adicionales a los 50.000 que se aportan en la actualidad como ayuda al desarrollo. "Es un esfuerzo pequeño si lo comparamos con los beneficios que su buen uso puede reportar a todos los habitantes del planeta, pobres y no pobres: un mundo más justo, más humano, más próspero, más seguro", dijo.

REMESAS En su intervención, muy breve por razones de protocolo, Zapatero destacó la propuesta de España a la Iniciativa contra el Hambre, consistente en que se utilicen las remesas de los emigrantes para mejorar la situación financiera del mundo en vías de desarrollo. En concreto, el Gobierno español ha planteado que se reduzca el coste de las transferencias que los trabajadores extranjeros envían a sus países de origen y que se facilite el acceso de los emigrantes a las entidades financieras a un coste asequible.

"España habla por su experiencia. Es hoy un país de inmigración y por tanto de emisión de remesas. Pero no hace muchos años los españoles éramos todavía emigrantes, y en aquellos tiempos difíciles las remesas del extranjero cambiaron la vida de muchas familias", dijo.

Zapatero exhortó a los países desarrollados a poner a disposición del desarrollo los "recursos suficientes", y a los países pobres los llamó a utilizar "adecuadamente" esos recursos. "Nos encontramos ante una oportunidad histórica para dejar atrás la pobreza. Sabemos lo que hay que hacer y cómo hacerlo. Ya no queda excusa alguna", afirmó Zapatero, que recibió el saludo de sus colegas como líder del país que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad de la ONU.