Con el aval de su partido al programa electoral bajo el brazo, José Luis Rodríguez Zapatero lanzó ayer su primer compromiso para el día después de las elecciones generales: "Sólo gobernaré si el PSOE es el partido más votado de España". El líder del PSOE estableció de esa forma sus reglas de juego para la contienda electoral del 14 de marzo: renuncia a buscar fórmulas de pactos si las urnas no arrojan una ventaja del PSOE y advierte al PP de que se siente legitimado para intentar gobernar con un único voto de ventaja sobre Mariano Rajoy.

El compromiso que lanzó ayer Zapatero no resultó novedoso para los diez notables que forman el equipo de apoyo al candidato socialista. En la primera reunión que mantuvo este comité el pasado viernes, el líder del PSOE ya les avanzó el anuncio. Zapatero ya había expresado anteriormente su deseo personal de presidir un Gobierno avalado por la mayoría de la sociedad, pero ayer elevó ese deseo a condición necesaria para intentar conformar un Ejecutivo.

MUY ARROPADO A ocho semanas de la cita con las urnas, el PSOE imprimió ayer un aire de campaña al acto con que cerró la conferencia política en la que perfiló su programa electoral para el próximo marzo. Zapatero habló a sus incondicionales arropado por el expresidente Felipe González, todos los presidentes autonómicos socialistas --incluido Pasqual Maragall-- y hasta mister PESC, Javier Solana.

Convencido de que cuenta con las ideas, los equipos y las ganas necesarias para gobernar, Zapatero reclamó una "mayoría suficiente" para "cambiar España". Y definió el concepto --que ya utilizó José María Aznar en la campaña electoral de 1996-- como un resultado que coloque al PSOE como el partido más votado. "Hace ocho meses ya tuvimos esa mayoría suficiente --alentó Zapatero, en alusión a las pasadas municipales--, cuando sacamos al PP 160.000 votos de ventaja".

RECUPERAR INTERLOCUTORES De lograr ese objetivo, Zapatero prometió ser el presidente de "todos los pueblos de España". Y empezó ayer mismo a trabajar para recuperar el diálogo con fuerzas políticas que pueden resultarle necesarias, como el PNV.

Por eso se presentó como el único capaz de garantizar la cohesión territorial y prometió que si gobierna "todas las voces pacíficas serán escuchadas y todas las culturas serán llamadas a trabajar por la integración del país". "Quiero ser presidente de una España en la que caben todos, todos menos los violentos", resumió Zapatero.

Tras desgranar las reformas que emprenderá su Gobierno para alcanzar "una España mejor", definió el país que quiere como "tolerante, moderno y laico".