El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, lanzó ayer un guiño a las clases medias mejor situadas y les prometió que, si gana las próximas elecciones, suprimirá el impuesto sobre el patrimonio. El anuncio cogió por sorpresa a los redactores del programa electoral del PSOE y al vicepresidente Pedro Solbes, que prefería abordar de otro modo la fiscalidad del patrimonio.

Con esta promesa electoral, Zapatero respondió a la propuesta de rebaja fiscal anunciada por el PP. Rompiendo el tópico de las promesas de derechas e izquierdas, el candidato popular, Mariano Rajoy, se comprometió, hace tres semanas, a eximir del IRPF a los más desfavorecidos --mileuristas y pensionistas--, mientras que el líder socialista se dirige ahora a un colectivo más minoritario y con menos problemas para llegar a fin de mes.

En una jornada organizada por The Economist, Zapatero defendió la eliminación de este tributo como un "estímulo para que en este país no se penalice el ahorro que representa el pago del impuesto". El Gobierno calcula que un millón de españoles podrán beneficiarse de esta rebaja fiscal. Son todos aquellos que declaren un patrimonio superior a los 108.000 euros. Un 70% de esta riqueza corresponde a capital mobiliario (básicamente a depósitos bancarios y acciones) y un 20% a inmuebles. El resto incluye tanto joyas como obras de arte o seguros.

SEBASTIAN FRENTE A SOLBES El impuesto sobre el patrimonio está cedido a las autonomías, así que el Gobierno deberá compensarlas por la pérdida de ingresos. La fórmula se concretará cuando se negocie el nuevo modelo de financiación. Pero tanto los responsables del programa del PSOE como Solbes, pese a ser favorable a la eliminación de este tributo, preferían que fuesen las comunidades las que se encargasen de suprimirlo. Por contra, el que fuera gurú económico de Zapatero, Miguel Sebastián, siempre había defendido la necesidad de que fuese el Gobierno quien tomase la iniciativa.

Hace diez días, el ministro de Economía afirmó que "si alguna comunidad autónoma quiere suprimir el impuesto sobre el patrimonio, que lo haga", y descartó que fuese el Estado quien impulsase la eliminación del tributo. Así, el Gobierno se ahorraba tener que compensarlas.

Las reacciones más críticas al anuncio formulado por el presidente le llegaron de los sectores ideológicamente más próximos al PSOE. Gaspar Llamazares (Izquierda Unida) anunció que si este "derechazo" es firme va a contar con la frontal oposición de su partido. También los sindicatos se oponen a la supresión de este impuesto.