La economía, los derechos de ciudadanía y la paz. Esos son los tres ejes del borrador del discurso que mañana pronunciará José Luis Rodríguez Zapatero al inaugurar el debate del estado de la nación. El presidente acude al Congreso con la voluntad de obtener un aval parlamentario lo más amplio posible para explorar el posible fin del terrorismo de ETA. Aval que, según fuentes socialistas, puede plasmarse en una resolución que se vote dentro de una semana, al término del debate parlamentario.

El jefe del Ejecutivo comparecerá mañana en el hemiciclo dispuesto a hacer balance de su gestión del último año y avanzar sus planes para el próximo, pero sabedor de que el líder del PP, Mariano Rajoy, centrará el debate en dos asuntos: las reformas territoriales --desde el Estatuto catalán hasta la propuesta financiera del tripartito-- y el conflicto vasco. En el primer caso, Rajoy acusará a Zapatero de estar maniatado por PSC y ERC, y de minar la unidad de España al carecer de modelo de Estado; en el segundo, le retará a aclarar si el Gobierno tiene contactos con ETA, y le culpará de dilapidar la lucha antiterrorista al no ilegalizar el Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK).

Ante este panorama, Zapatero defenderá en el Congreso que su Gobierno tiene el deber de explorar cualquier vía que pueda conducir al fin de ETA, como lo hicieron otros en el pasado, empezando por el PP. A los portavoces parlamentarios les pedirá que otorguen al Ejecutivo un voto de confianza para afrontar un eventual proceso de paz. Y a Rajoy, en concreto, le exigirá también "lealtad" a los principios del pacto anti-ETA firmado por PSOE y PP, que excluye el uso partidista de la violencia, deja en manos del Gobierno la dirección de la política antiterrorista y obliga al primer partido de la oposición a prestar su apoyo al Ejecutivo.

Pese a las demandas de Esquerra, IU-ICV, CiU y PNV para que entierre el pacto anti-ETA, Zapatero aprovechará el debate para superar el acuerdo sin revisarlo siquiera, reforzando la cohesión antiterrorista en torno al Gobierno y forzando al PP a aislarse del resto de los grupos o sumarse al consenso. Fuentes del PSOE apuntan que la mejor fórmula para plasmar ese acuerdo sería la aprobación de una resolución unánime del Congreso sobre el proceso de paz.

ACUERDO OBSOLETO El secretario de organización del PSOE, José Blanco, dijo ayer que el Gobierno busca "comprometer a todas las fuerzas en el objetivo común de derrotar a ETA". Blanco excluyó revisar el pacto entre PSOE y PP --aunque admitió que su preámbulo ha quedado obsoleto--, y apuntó que lo único que ha cambiado en la lucha anti- ETA es "el comportamiento del PP". Por eso, anticipó, el PSOE se afanará en "fortalecer la mayoría de consenso y la unidad de todos los demócratas" para ver el final del terrorismo.

Aunque ni Gobierno ni PSOE proponen cambiar el pacto anti-ETA, el dirigente popular Angel Acebes acusó ayer a Zapatero de querer "liquidarlo" a instancias de Juan José Ibarretxe (PNV) y Josep Lluís Carod-Rovira (ERC).