José Luis Rodríguez Zapatero reprochó ayer en Vitoria al Partido Popular que no asuma que pelea en su mismo bando en estas elecciones. "PSOE y PP somos oposición", recordó el líder socialista, para denostar a continuación que los seguidores de Mariano Rajoy ataquen más a los socialistas que a los nacionalistas del PNV. El jefe del Ejecutivo deploró especialmente las críticas a la política antiterrorista del Gobierno que emanan de las filas populares. "Generan sospechas", lamentó en alusión al empeño del PP por transmitir que el Gobierno no promueve con suficiente ahínco la ilegalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK, en sus siglas en euskera) porque así lo pactó en alguna presunta negociación secreta con Batasuna.

LA SOMBRA DE AZNAR Zapatero acusó al PP de repetir la "deslealtad" al Gobierno en materia de lucha antiterrorista que ya practicó "Aznar cuando gobernaba Felipe González". Y que lo haga apenas un año después de que el PSOE esté en el Gobierno. El líder socialista recordó que durante sus cuatro años en la oposición, él jamás utilizó la gestión de la lucha contra la banda terrorista ETA como arma política o electoral. "Generan sospechas, nos acusan de debilidad", lamentó. Aunque descartó pagarles con "la misma moneda", exigió que esta diferencia en el comportamiento "quede en la memoria de todos". "Yo siempre estaré cerca de los demócratas en la lucha antiterrorista", avanzó, porque así "se hace país y se forja la unidad para la gran aspiración de poder ver el fin de la violencia".

Ese objetivo de paz es el meollo de la promesa electoral de los socialistas vascos para los próximos cuatro años. Por eso su lema de campaña es "vivir juntos, vivir en paz". Y por eso Zapatero animó al electorado anunciando la posibilidad de conseguirlo. "Estamos caminando para ver el fin de la violencia y caminaremos más rápido si Patxi es el lendakari", sostuvo sin detallar qué pasos ha dado hasta ahora para alcanzar su objetivo.

Aunque el mensaje estuvo más centrado en el PP --no en vano en la provincia de Alava los populares casi doblaron los escaños del PSE en el 2001--, Zapatero no olvidó que el contrincante a batir en Euskadi es el PNV. Reprochó al lendakari Ibarretxe haber "rechazado" cuantas ofertas de "diálogo" le lanzó desde la Moncloa, a pesar de prometer ahora que con mayoría absoluta forzará a Madrid a dialogar su plan soberanista.

Nunca ha habido la más mínima indicación por parte del PNV a aceptar empezar de nuevo y hacer una reforma del Estatuto entre todos", deploró el presidente del Gobierno. Y eso que ya "nadie quiere pelear", aclaró, a pesar de que "Ibarretxe siga solo en el ring luchando contra la sombra de Aznar".

REFORMA CONSENSUADA Esa reforma consensuada, prometió, llegará de mano de Patxi López si las urnas convierten a los socialistas vascos en "fuerza determinante", dijo Zapatero en un realista augurio del resultado del 17 de abril, del que descartó sin decirlo que surja una mayoría de socialistas. Con todo, para concretar el cambio en la redacción de "un nuevo Estatuto que dé más autogobierno al País Vasco", López tendrá "el apoyo pleno del Gobierno de España" que ayer le prometió solemnemente su presidente.