El entorno de José Luis Rodríguez Zapatero destaca del presidente del Gobierno su capacidad innata para controlar los tiempos de la política. Una virtud que, de ser cierta, debe de haberle aconsejado un cambio de estrategia en su agenda para el primer semestre de este año, orientada inicialmente a sacar el máximo rédito de la presidencia de turno de la Unión Europea, a la espera de que la crisis fuera remitiendo. La constatación de que el primer objetivo tendrá un recorrido corto y, sobre todo, la dureza y la persistencia de la recesión han decidido al jefe del Ejecutivo a regresar a la arena de la política interior antes de lo previsto y defender personalmente su plan para volver a la senda de la recuperación.

Los dos mítines protagonizados en Andalucía en solo tres semanas, coincidiendo con un momento difícil de la federación de esa comunidad, por el relevo en la dirección del partido y el acoso del PP en las encuestas, se han saldado con un balance positivo. Ello ha llevado al presidente a ceder a las presiones de la dirección del PSOE para que tuviera una mayor presencia pública en actos del partido, a pesar de lo apretado de la agenda europea. Un acuerdo tácito que se concretará en la participación de Zapatero en dos mítines al mes hasta el próximo julio.

BATALLA DE LAS IDEAS Este viernes, fuera del programa del partido, el presidente volverá a Sevilla junto a todo su Gabinete para dar un nuevo impulso a la ley de economía sostenible, el proyecto central de su pretendido cambio estructural del modelo productivo. Aprovechando el traslado a Andalucía del Consejo de Ministros, insistirá en plantar cara al PP en la batalla de las ideas que está desarrollando conceptualmente el principal partido de la oposición. Es decir, la culpa de la crisis no es del Ejecutivo, como sostienen los populares, sino del sistema financiero y de una burbuja inmobiliaria alentada por el PP en los ocho años de José María Aznar en la Moncloa.

Otro de los objetivos de Zapatero consensuados con su partido es el de cohesionar y fortalecer al PSOE cara a las elecciones municipales y autonómicas del 2011. Los efectos de la crisis se están notando en las encuestas que manejan los barones autonómicos y los alcaldes de las principales ciudades, y están derivando además en un caldo de cultivo de honda preocupación que Zapatero --optimista patológico-- intentará atajar, repartiendo sus intervenciones por toda la geografía española.

Tras el apoyo a los socialistas andaluces, se estudia que uno de los dos mítines de abril sea en Baleares, donde el presidente de la comunidad, Francesc Antich, pasa por apuros ante la proliferación de casos de corrupción vinculados a Unió Mallorquina, su exsocio en el Gobierno.

FIESTA DE LA ROSA DE BILBAO Antes de esa cita se celebrará el congreso regional de Canarias, este fin de semana, aunque ahí no se espera al líder del PSOE pese a la trascendencia del cónclave, en el que hasta tres candidatos optan a suceder a Juan Fernando López Aguilar al frente de la federación. Donde sí estará es en la fiesta de la Rosa de Bilbao, a inicios de mayo, apoyando de nuevo al lendakari Patxi López, un valor en alza en el partido y en la lucha contra ETA.

Ese mismo mes se celebrará en Elche la convención municipal del PSOE, con los comicios del año que viene como tema principal de debate. Y en junio, dos de las principales opciones que se sopesan son Asturias y Castilla-La Mancha.