El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, rindió hoy homenaje en el pleno del Congreso a los seis soldados españoles muertos el domingo en el sur del Líbano, y destacó que su causa era la de "la paz y la solidaridad". "Hemos pagado un precio muy alto, pero no se alterará nuestro compromiso con la paz en Oriente Medio, ni faltará nuestro apoyo a Naciones Unidas como actor principal para conseguirla", aseveró el jefe del Ejecutivo al comenzar su intervención en el debate sobre los resultados de la última cumbre europea de Bruselas.

Zapatero añadió: "Tampoco disminuirá nuestra determinación para que los culpables de este criminal atentado asuman y paguen por su felonía y, por supuesto, que nunca alcancen sus objetivos". El "emocionado recuerdo" que según sus propias palabras dedicó a los seis militares fallecidos el domingo y a su "heroica labor", fue acogido con una ovación de la Cámara Baja, que aplaudió cuando el presidente leyó uno a uno sus nombres, con excepción de los diputados del PP.

Además de dejar claro que "su causa era la causa de la paz y de la solidaridad, la causa por la que nuestros Ejércitos y Guardia Civil están allí, en Líbano", Rodríguez Zapatero hizo hincapié en que contaban con un "triple respaldo" de tipo "legal, político y moral". En las primeras manifestaciones públicas que hace en relación al atentado del domingo, el presidente del Gobierno transmitió a los familiares de las víctimas sus "más profundas condolencias" por la "irreparable pérdida" sufrida.

Estaban bajo mandato de la ONU

A continuación, recordó que el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, comparecerá la semana próxima en el Congreso para "dar cuenta detallada" de las investigaciones del ataque, sus circunstancias y también sus "consecuencias". "Sé que interpreto el sentimiento de sus señorías cuando en este momento expreso el reconocimiento y respaldo a la valiosa y heroica labor" de las tropas españolas enviadas al Líbano.

El jefe del Gobierno dijo también que los seis soldados muertos -tres de ellos de origen colombiano- "siempre serán nuestros y siempre estarán entre nosotros" y apostilló: "vivían juntos, patrullaban juntos y juntos dieron su vida por la misma causa". También aseguró que sus familias "sentirán siempre el aliento de la sociedad española", el apoyo institucional y "la cercanía de tantos ciudadanos que hoy comparten su inmenso dolor".

José Luis Rodríguez Zapatero recordó que su presencia en el Líbano obedece a un mandato de Naciones Unidas, recogido en la resolución 1071 de su Consejo de Seguridad, así como que todos los grupos parlamentarios respaldaron la misión en septiembre de 2006. "Están allí con el sustento moral de contribuir al mantenimiento del alto el fuego en una zona muy peligrosa", prosiguió en su discurso, para después destacar la ayuda que los españoles prestan a la población civil.

Antes de acabar sus referencias a los soldados muertos, Rodríguez Zapatero remarcó que "sobre todo" las fuerzas españolas "están allí en una operación de Naciones Unidas para la paz, aportando su esfuerzo y sacrificio hasta entregar el de sus propias vidas para contribuir a establecer condiciones de estabilidad en una zona donde se dilucidan muchos de los riesgos para la paz en el mundo". Además, el presidente mencionó el homenaje recibido por parte de otros jefes de Estado y Gobierno y de organismos internacionales, en particular del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.