En el último minuto de la hora límite, antes de las 2 de la tarde, el PNV rechazó presentar su enmienda a la totalidad para los presupuestos del 2009. Poco antes había decidido lo mismo el BNG, después de que las dos fuerzas nacionalistas llegaran a un acuerdo con el PSOE. Con ese apoyo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, podrá salvar los presupuestos con 177 diputados. A cambio, el Estado invertirá en Galicia 125 millones de euros adicionales a los 2.020 presupuestados.

Y el PNV tendrá la competencia compartida sobre Investigación, que supone 85 millones de euros, otras inversiones en infraestructuras y el acuerdo para impulsar el nuevo puerto exterior de Pasajes.

El Gobierno ve cumplido su plan inicial, que pasaba por el apoyo del PNV (seis diputados) y del BNG (dos diputados) y, en menor medida, de Coalición Canaria (dos escaños), después de comprobar que era del todo imposible incorporar a CiU (10 diputados). Los nacionalistas catalanes se fijaron como requisito previo para aprobar las cuentas del 2009 --o, por lo menos, para permitir la tramitación sin presentar una enmienda a la totalidad-- que existiera un acuerdo sobre el modelo de financiación.

IMPLICACION DEL PRESIDENTE Las partidas que han logrado el PNV y el BNG para Euskadi y Galicia ascienden a más de 200 millones de euros, a falta de cuantificar y concretar otros acuerdos en infraestructuras para el País Vasco, que podrían elevar la cifra. Será el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, quien los defina hoy en Bilbao. En las negociaciones finales participó de forma decisiva el propio Zapatero, en permanente contacto con el presidente del grupo parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso, y los diputados del PNV.

En el caso del apoyo del PNV está en juego las expectativas electorales del PSE y de los nacionalistas vascos en las próximas elecciones autonómicas, previstas para la primavera. Ante ese acuerdo sobre "la transferencia parcial de competencia concurrente" en Investigación y Desarrollo, el PNV entiende que su cuantía, 85 millones de euros anuales, se descontará del cupo que paga el País Vasco al Estado. Los socialistas vascos, temerosos de que el apoyo a los presupuestos del PNV supusiera para el nacionalismo vasco una baza electoral en Euskadi por los logros obtenidos, acabaron mostrando ayer su "satisfacción". El portavoz del PSE, Rodolfo Ares, aseguró que los socialistas vascos habían estado "informados" de todo el proceso.

Sin embargo, para el Gobierno, una vez salvados los presupuestos, la actual situación de crisis económica debería llevar a pactos más amplios. Aunque José Antonio Alonso aseguró ayer que con los votos del BNG y del PNV se ofrece un acuerdo "sólido, que transmite un mensaje de estabilidad a la sociedad, a los empresarios y a todos los agentes económicos y sociales", al Gobierno le gustaría contar con más apoyos, con la mirada siempre puesta en CiU.

REUNIONES DISPARES Pero el Ejecutivo lo dejó claro ayer. El vicepresidente económico, Pedro Solbes, apuntó que la negociación no puede ser la misma con los grupos que "no quieren que salgan los presupuestos", en alusión a la enmienda a la totalidad que el miércoles presentó CiU. Fuentes del Gobierno entienden que todo depende del espíritu de esas enmiendas a la totalidad, y que en el trámite parlamentario se pueden lograr más apoyos si la oposición no es a todo el presupuesto. En la enmienda de CiU, sin embargo, se deja claro que el rechazo se basa en la falta de un acuerdo sobre financiación autonómica, pero también en que las cuentas no asumen una rebaja del gasto público ni hacen frente a la crisis.

El PP, por su parte, presentó ayer una enmienda a la totalidad de los presupuestos para el 2009 porque, a su juicio, agravan la crisis. Su portavoz de economía, Cristóbal Montoro, justificó el rechazo a las cuentas públicas con el argumento de que traerán "más crisis, más paro y destruirán el bienestar a través de precios más elevados".

La enmienda popular sostiene que el proyecto del Gobierno ha quedado antiguo, puesto que no contempla las medidas aprobadas para salir de la crisis, equivoca las prioridades, incorpora déficit público y privilegia a unas comunidades respecto a otras. Cristóbal Montoro llegó a asegurar en rueda de prensa que "quien apoye estos presupuestos será cómplice del incremento del paro" que se produzca en el próximo año.