La crisis de Gobierno que sobrevuela la Moncloa desde hace meses está ya más cerca que nunca. Tanto, que podría anticiparse incluso a las últimas previsiones y concretarse antes del debate de política general previsto para el 14 y el 15 de julio. Así lo aseguran fuentes socialistas que ven "inminentes" unos cambios que permitirían que el presidente se presentase en el siempre importante examen anual en el Congreso con un Gabinete reforzado y la imagen de que no solo no está noqueado por la crisis, sino que está dispuesto a seguir plantando batalla tras el verano.

La estrategia de avanzar la remodelación del Ejecutivo al debate sobre el estado de la nación tiene otro objetivo paralelo relacionado con los cambios previstos. Se trata de reestructurar también la cúpula del PSOE aprovechando la vacante que dejaría la actual secretaria de organización, Leire Pajín, que Zapatero estudia incorporar a su Gabinete. Pajín forma parte del núcleo duro del entorno del jefe del Gobierno y participa en los maitines particulares del presidente en la Moncloa con su equipo de asesores. Por otra parte, el control del partido sigue en manos de su vicesecretario general y ministro de Fomento, José Blanco, por lo que la marcha de la senadora no supondría un cambio significativo en la dirección de la ejecutiva.

COMITE FEDERAL Solo dos días después del debate de política general, el 17 de julio, se celebrará el comité federal del PSOE, el máximo órgano del partido entre congresos. Ello permitiría a Zapatero, según cuentan las mismas fuentes, presentarse ante los barones territoriales y el resto de la cúpula socialista con un nuevo equipo para enfrentarse al otoño caliente que le espera con la convocatoria de huelga general anunciada para el 29 de septiembre, en medio de la tramitación como proyecto de ley de la reforma laboral.

Uno de los damnificados por la crisis de Gobierno que se avecina está directamente relacionado con esos dos temas, ya que se trata del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. El desgaste de más de dos años de negociaciones, sin éxito final, con los sindicatos y los empresarios, la propia huelga y la reforma de las pensiones recomiendan aires nuevos en esa cartera. El propio Corbacho, como si quisiera emular al exvicepresidente económico, Pedro Solbes, dijo ayer que no le preocupa "en absoluto" dejar de ser ministro.

El líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, lanzó también un aviso para navegantes al asegurar ayer que España está "sin dirección política, económica y laboral", y añadió que es necesario un "cambio de personas" en un Gobierno que ve cada vez más "agotado".

Entre esos cambios se apunta también al cese del vicepresidente tercero, Manuel Chaves. Su marcha permitiría, además, reducir el número de carteras, tal y como reclama la oposición desde hace meses en aras de contribuir a la imagen de austeridad. Destacados dirigentes del PSOE han coincidido últimamente en aceptar esa tesis, y el propio Zapatero abrió la puerta en el Congreso hace 15 días a la posibilidad de recortar ministerios.

Entre los nombres que baraja Zapatero para su crisis de Gobierno destaca el refuerzo de la titular de Defensa, Carme Cha- cón. Y arrecian los rumores sobre la salida de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, cuya comunicación con el resto de ministros parece haberse deteriorado.