José Luis Rodríguez Zapatero borró ayer de su agenda una de las citas más comprometidas que tenía este mes: el debate autonómico del Senado. El Gobierno comunicó ayer a la Cámara alta la suspensión del pleno programado para el 20 de septiembre, al que ya habían sido invitados los presidentes autonómicos. El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Francisco Caamaño, alegó que la sesión no debe solaparse con la conferencia de presidentes de este sábado, pero fuentes oficiales reconocieron que el verdadero objetivo del aplazamiento es evitar que el debate se centre en la polémica reforma del Estatuto catalán.

"En septiembre, si la Cámara así lo decide, el Gobierno está dispuesto a celebrar el debate del estado de las autonomías". Así lo anunció el propio Zapatero en el Senado el pasado 27 de abril, fiel a su compromiso de reactivar un cauce de diálogo institucional taponado por el expresidente José María Aznar desde 1997. En aquel momento todo hacia presagiar que la conferencia de presidentes se celebraría en primavera, y que el futuro del nuevo Estatuto catalán, fuera cual fuera, estaría ya aclarado. Pero los calendarios del Gobierno y de las fuerzas catalanas saltaron por los aires, y de ahí el cambio de planes.

El presidente asume que, se celebre cuando se celebre, el debate del Senado tendrá como eje las reformas estatutarias, y singularmente la catalana. Lo que pretende evitar es que los presidentes autonómicos del PP, e incluso algunos del PSOE, conviertan la sesión en un pimpampum contra el tripartito catalán y el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Y en especial en estas fechas, cuando las negociaciones sobre el Estatuto atraviesan su momento más delicado.

AGENDA CARGADA Pero no fueron éstos los argumentos esgrimidos ayer por el Ejecutivo. Caamaño alegó que el Gobierno estima "conveniente" distanciar en el tiempo la cumbre de presidentes del debate del Senado, ya que sus protagonistas son los mismos. El alto cargo de la Moncloa también explicó que la agenda política de este mes está muy cargada --viaje de Zapatero a Nueva York, la próxima semana, y presentación del presupuesto, el día 23--, y garantizó la "firme voluntad" del Gobierno de que el pleno autonómico se celebre este año. El 25 de octubre y el 9 de noviembre son dos de las fechas que se barajan.

EL PP APRECIA "DEBILIDAD" Pío García-Escudero, portavoz del Partido Popular en el Senado, achacó la suspensión a la "debilidad política" del Gobierno socialista y al temor de Zapatero a que aflore la división entre los barones socialistas en torno al Estatuto catalán, reproche que Joan Lerma (PSOE) juzgó "aberrante". También Pere Macías (CiU) vinculó el aplazamiento a las "contradicciones" entre el PSOE y el PSC, mientras que el portavoz de la Entesa, Carles Bonet (ERC), lo calificaba de "positivo para Cataluña".