El ceño fruncido, el gesto airado y los papeles que llevaba en la mano, oscilando de un lado a otro. José Luis Rodríguez Zapatero ya no sonríe igual que en la pasada legislatura.

Su interlocutor, Pío García Escudero, el portavoz del PP en el Senado, le había sacado de sus casillas con una dura intervención sobre la situación de la economía española. El debate se produjo el pasado miércoles, un día en el que las carreteras estaban colapsadas por la actuación de los piquetes durante el cierre patronal de los camioneros y el mismo día en el que el Financial Times pronosticaba una crisis mayúscula para España en los próximos años. Zapatero se vio interrumpido por el presidente del Senado, Javier Rojo. Se le había acabado el tiempo. El presidente admitía ante algunos senadores en la cafetería del Senado que se había equivocado, que no había acertado "con los tiempos". Ahora Zapatero busca recuperar el impulso político, hoy mismo, con una conferencia sobre política exterior y, el miércoles, con la reunión con la patronal y los sindicatos.

La discusión que comienza a surgir en el seno del Gobierno se produce en otros ejecutivos. Ocurrió en el Gobierno catalán de Pasqual Maragall, en la pasada legislatura, cuando se le reprochaba al presidente de la Generalitat que no capitalizara él mismo algunas actuaciones de sus consejeros, que no se acababan de transmitir a la opinión pública. Y, aunque el Gobierno socialista tiene la convicción de que el cierre patronal de los transportistas se ha podido gestionar "razonablemente bien", en palabras de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, han aparecido las dudas sobre quién debe comunicar y cómo las actuaciones del Ejecutivo en un periodo de turbulencias como el actual.

De la Vega, portavoz del Gobierno, admite que las cosas siempre se pueden hacer mejor, pero reitera que todos los ministerios están a pleno rendimiento. En cualquier caso, por voluntad de Zapatero o porque era el momento adecuado, la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba ha vuelto a aparecer. Sus palabras en los medios la pasada semana, como ministro del Interior, garantizando el orden en las carreteras, cambiaron la situación.

OBJETIVOS ECONOMICOS Zapatero busca rehacer la imagen del Ejecutivo. Hoy, pronunciará la conferencia En interés de España: una política exterior comprometida , en un acto organizado por el Real Instituto Elcano. El miércoles, se reúne con los sindicatos y las patronales para firmar una declaración de objetivos eco- nómicos y sociales y, el próximo lunes, diagnosticará la situación, con posibles nuevas medidas económicas, en la sede del Consejo Económico y Social. Tiene intención también de entrevistarse con Mariano Rajoy, aunque ya será después del congreso del PP, por decisión de ambos.

Fuentes del Ejecutivo destacan la influencia que sobre Zapatero ejerce el titular de Industria, Miguel Sebastián, que en la campaña electoral "minimizaba" los malos datos económicos. Pero su confianza en él es enorme, a falta de cómo se adecúe el resto de ministros del Gabinete.