José Luis Rodríguez Zapatero y los presidentes del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se propusieron ayer en Madrid la "ambiciosa" misión de sacar a Europa de la crisis, un objetivo que requiere, según coincidieron, "unidad y coordinación" en las políticas económicas. Zapatero, como presidente de turno de los Veintisiete, se considera con legitimidad para encabezar esa misión pese a que las cifras del paro doblan las de la zona euro y España sigue siendo, junto con el Reino Unido, de los pocos países que continúa en recesión. "Es como si Gran Bretaña no pudiera participar en el debate del sistema financiero porque la City el centro de negocios de Londres ha tenido un gran shock", respondió el jefe del Ejecutivo en una rueda de prensa en la que se le planteó si, ante esos malos datos económicos, se siente "autorizado para asumir el reto" de sacar a los Veintisiete de la crisis.

Zapatero se mostró visiblemente molesto con la pregunta, planteada por este diario tras ser acordada con el resto de periodistas españoles, y dijo que le sorprendía especialmente por venir de la prensa de su país.

"A PUNTO DE SALIR" El presidente calificó de "insólito" que alguien ponga en duda que España puede abanderar la gestión de la recuperación económica. "España atraviesa ahora una recesión de la que estamos a punto de salir si no lo hemos hecho ya, y es uno de los países que en los últimos 30 años presenta un balance más fuerte de crecimiento, de desarrollo económico y de incremento de la renta per cápita", añadió el presidente español.

Zapatero dijo que España va a aportar sus "ideas y su experiencia", bajo la dirección del presidente del Consejo y de la Comisión, para que la UE avance hacia la "unidad económica". El presidente español apuesta por que la nueva estrategia económica europea que se diseñará durante la presidencia rotatoria incluya sanciones para los estados miembros que no cumplan los objetivos, una propuesta que se discutirá en una cumbre informal el 11 de febrero.

NUEVO REPARTO DE PAPELES Con su primera comparecencia pública, Zapatero, Van Rompuy y Barroso escenificaron la nueva estructura del poder europeo que ha marcado la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, un esquema que echa a andar con estos tres protagonistas, además de la alta representante de Política Exterior, Seguridad y Defensa, Catherine Ashton.

Ante la pregunta atribuida al secretario de Estado de EEUU, Henry Kissinger, "¿A qué número hay que llamar para hablar con Europa?", Zapatero respondió: "Si hay una crisis, el teléfono que debe sonar es el de Van Rompuy". "Para eso hemos instituido la figura, para que pueda haber alguien que represente y administre, durante el tiempo de su mandato y de manera coordinada, lo que puede ser una situación de una grave crisis", añadió.

Zapatero fue rotundo en su respuesta, que cumple con lo que marca el Tratado de Lisboa, y más directo que Van Rompuy, quien había dicho minutos antes que "el mundo es más complicado" y en Europa "no es solo una persona la que decide". "No vivimos en una especie de dictadura. Yo convocaría al Consejo Europeo a los 27 jefes de Estado y de Gobierno", zanjó.