El presidente del Gobierno quiere desvincular la negociación sobre financiación autonómica del debate territorial. "Cuando hablamos de financiación autonómica, no hablamos de poner dinero a los gobiernos autonómicos, sino de reducir listas de espera, de renovar los centros de salud, de que llegue internet a todos los centros educativos y de mejorar las becas", dijo ayer en una entrevista concedida a la televisión que su partido, el PSOE, tiene en internet.

Y es que José Luis Rodríguez Zapatero es consciente de que el PP busca vincular al PSOE la imagen de que el nuevo modelo de financiación está condicionado por las exigencias del Gobierno catalán y, en definitiva, por lo que fija el Estatut, un texto recurrido ante el Tribunal Constitucional por los conservadores.

Los populares se reunieron el viernes en Madrid para consensuar su estrategia, elaborando un documento en el que, entre otras cosas, se señalaba que el objetivo real de Zapatero es "satisfacer" a Cataluña y hacer frente a la deuda que tiene con la Generalitat. Pero Zapatero quiere desinflar ese globo argumental ante la opinión pública.

Por eso, ayer aprovechó la ocasión para hacer hincapié en que son los ciudadanos, y no los territorios o sus gobiernos, los que se beneficiarán del incremento de recursos que, según dijo, irán destinados principalmente a mejorar, en tiempos de crisis, los servicios sociales.

EL ESTADO DEL BIENESTAR En este contexto, destacó que el nuevo modelo de financiación supondrá que la parte del león que recibirán las comunidades, sobre el 80%, irá destinada a la educación, la sanidad y la dependencia, lo que él llama "las joyas del Estado del bienestar". "Los ciudadanos deben tener muy claro que todas las autonomías van a ganar", remachó.

El principal partido de la oposición decidió salir a la palestra a darle réplica. Y lo hizo a través de su secretaria general. En declaraciones a Efe, María Dolores de Cospedal acusó a Zapatero de reunirse con los presidentes autonómicos para decir a cada uno "lo que quiere oír" y, de paso, avisó de que no respaldarán un nuevo sistema que suponga más déficit o "dejar a España en quiebra". También puso en duda que el presidente sea capaz de presentar "un modelo a la carta", además de recalcar que el Gobierno "ha abierto este melón" por culpa del Estatut.

Sin embargo, el PP valenciano se declaraba "satisfecho" por el resultado de la cita que, el miércoles, protagonizaron Francisco Camps y el jefe del Ejecutivo. Es obvio que a los populares también les cuesta resolver el sudoku de su estrategia de oposición.

Pese al oscurantismo que preside las negociaciones abiertas entre Gobierno y Generalitat, las informaciones que José Luis Rodríguez Zapatero ha ido brindado a distintos presidentes autonómicos sí permiten avanzar algunos ejes del nuevo sistema de financiación autonómica.

ACTUALIZACION DEL CENSO En concreto, el compromiso del presidente de aplicar el censo de población más reciente al repartir la nueva financiación es una gran noticia para Cataluña. Fuentes gubernamentales aseguran que solo esta medida ya garantizará por sí misma a Cataluña unos ingresos adicionales de unos 3.500 millones de euros en el próximo año, informa Enric Hernàndez.

Según el Gobierno, el principal coste de la reforma lo originará la actualización del censo, que obligará al Estado a inyectar más de 16.000 millones en el sistema de financiación. El reconocimiento del censo real de la Comunidad de Madrid le reportará unos 3.200 millones de euros adicionales cada año. En el caso de la Comunidad Valenciana, como Cataluña gran receptora de inmigrantes, las ganancias serán de unos 2.700 millones.