El presidente del Gobierno tiene previsto aterrizar hoy en la ciudad corsa de Olbia y alcanzar la isla de La Maddalena para reunirse con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que vive días convulsos por las fiestas con velinas (azafatas de televisión) y las consecuencias que la publicación de las fotos han tenido para la libertad de prensa en Italia.

El Gobierno español pretende que ningún tema ensombrezca la 16º cumbre entre dos países que son aliados en misiones de Defensa y en los principios de la política exterior, y que comparten los intereses europeos en el G-20.

Esta vez, el Ejecutivo español prefiere pasar de puntillas sobre la posición de Berlusconi ante la inmigración irregular, al contrario de lo que que hizo en junio del 2008, cuando Zapatero mostró su inquietud por la política migratoria.