¿Le pedirá hoy explicaciones Berlusconi a Zapatero por la campaña del PSC que le coloca en la delantera xenófoba mundial --calificándole como el mayor de los demonios de la derecha-- o se adelantará con una disculpa el secretario general del PSOE? El dirigente italiano, ajeno a la cultura federal de los socialistas, ha invitado al presidente del Gobierno a comer horas antes de la final de la Champions, un almuerzo que la Moncloa ha intentado camuflar.

Berlusconi no es la mejor compañía fotográfica estos días en los que su cara aparece en los medios de comunicación de todo el mundo por su supuesta relación extramatrimonial con una modelo cuando esta todavía era menor de edad. Pero la buena relación diplomática que actualmente mantienen los dos ejecutivos obliga a que ese encuentro se produzca con total normalidad. Zapatero podrá agradecerle el anuncio de la invitación para participar en la cumbre del G-8, que se celebrará en julio en L´Aquila.