Sin grandes daños pero muy consciente de las dificultades que tendrá que sortear en otoño debido a la obligación de poner en marcha un nuevo sistema de financiación autonómica y votar los presupuestos del 2009. Así salió ayer el Gobierno de la sesión de la Diputación Permanente del Congreso, donde consiguió minimizar el acoso de la oposición. Tras la retirada de la petición de ICV para que José Luis Rodríguez Zapatero explicara por qué se han incumplido los plazos del Estatuto catalán para lograr un acuerdo en materia de financiación económica, todos los grupos menos Coalición Canaria votaron en contra de otra del PP que tenía el mismo objetivo, ya que, en su opinión, los populares solo buscaban desgastar al Ejecutivo socialista.

Será el vicepresidente, Pedro Solbes, quien ofrezca la visión del Gobierno sobre el modelo de financiación autonómica el próximo jueves. Y, junto con Solbes, solo otro miembro del Gobierno deberá comparecer ante la Diputación Permanente: se trata de la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, que dará cuenta del modelo de descentralización aeroportuaria. Pero esa comparecencia la había pedido la propia ministra, después de que el día 1 el Ejecutivo aprobara el proyecto.

BALANCE DEL DEBATE Pudo haber sido mucho más doloroso para el Ejecutivo, porque los diferentes grupos --con protagonismo claro de ERC, ICV y el PP--, además de la comparecencia de Zapatero, pidieron las de María Teresa Fernández de la Vega y cuatro ministros: Elena Salgado (Administraciones Públicas), Carme Chacón (Defensa), Mercedes Cabrera (Educación) y Celestino Corbacho (Trabajo). Pero ese balance del debate no esconde la crítica situación del Ejecutivo. Pese a la retirada de la petición de comparecencia, el portavoz de IU-ICV, Joan Herrera, volvió a pedir al Gobierno que no actué con apriorismos en la negociación sobre financiación y olvide su pretensión de garantizar para el Ejecutivo el 50% del gasto público. Herrera justificó el pacto con De la Vega por haber introducido esa exigencia y el compromiso de incluir el nuevo sistema en los presupuestos.

Precisamente, Corbacho rompió el silencio del PSC y anunció el apoyo a los presupuestos. De hecho, aseguró que el PSC votará, como ha hecho siempre, a favor de las cuentas que el PSOE presente en el Congreso.

Por su parte, CiU cargó contra Herrera, el tripartito y el PP, pero soslayó las críticas al PSOE porque la federación prefería no trasladar el incumplimiento del Estatuto al Congreso para no violar la bilateralidad ni echar un leño al fuego de la financiación que pudiera perjudicar sustancialmente a Cataluña.

EL PP, SIN APOYOS El Partido Popular llegó con una estrategia más clara al Congreso. La portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, volvió de vacaciones con un discurso duro, pero no pudo más que ver cómo su solicitud solo era defendida por los canarios. "Deberemos contentarnos con que Solbes venga a adormecernos un rato", dijo sobre el trueque aceptado por Herrera. Sáenz de Santamaría acusó al PSOE de gastar "energía" para evitar que Zapatero compareciera y no "para solucionar los problemas de los españoles".

Después de casi una semana con la ilusión de empezar septiembre con el presidente acorralado, el PP se tuvo que ir a casa con el único triunfo de haber forzado la comparecencia de Alvarez. No sacó adelante ni la de De la Vega, sobre la mediación del exdirector de la Oficina Económica, David Taguas, en la crisis de Fadesa; ni la de Cabrera sobre la ley de dependencia, ni la de Corbacho sobre el paro.