El Gobierno del PP continuó ayer alimentando la confrontación con el presidente electo de la Generalitat. El ministro portavoz, Eduardo Zaplana, acusó a Maragall de plantear un "pulso intolerable" al Estado de derecho por advertir de que, si el Ejecutivo no rebaja su agresividad, "el drama está servido".

Zaplana tachó de "absurda y alocada" la estrategia de Maragall y denunció que la reforma estatutaria que plantea supone "romper el pacto de convivencia y solidaridad". De cara a las generales, el portavoz exigió al líder del PSOE que "recapacite" y escuche a los "miles y miles de votantes y dirigentes socialistas" que, a su juicio, no apoyan el programa del tripartito catalán.

ATAQUE DE RAJOY También Mariano Rajoy atacó a José Luis Rodríguez Zapatero. En Montevideo, denunció que ERC "está humillando" al PSOE al "forzar" a Maragall a firmar unos compromisos inasumibles para socialistas como José Bono o Juan Carlos Rodríguez Ibarra. "El drama es el del PSOE, porque ERC le obliga a hacer cosas disparatadas en las que no creen sus electores", dijo.

El socialista Alfredo Pérez Rubalcaba respondió que el Gobierno tiene "muy mal perder", es incapaz de encajar la alternancia en Cataluña y "empieza a convertirse en un peligro para la democracia".

El presidente de Andalucía, Manuel Chaves, avisó al PP y al Gobierno de que "el peor servicio que pueden prestar a los españoles y a la unidad de España es demonizar a un Gobierno legítimo salido de las urnas". Y añadió que el plan de Maragall encaja en la Carta Magna "perfectamente".