La cúpula del Partido Popular echó mano ayer de las concentraciones ciudadanas que se celebraron ante las sedes del PP durante la jornada de reflexión del 13 de marzo para denunciar "el doble rasero" con el que el PSOE está reaccionando ahora a los incidentes violentos de la manifestación de las víctimas el pasado sábado. En opinión del portavoz parlamentario popular, Eduardo Zaplana, el Gobierno prueba ahora "su propia medicina", porque sufre agresiones similares a las que ellos soportaron en aquel momento y que no fueron suficientemente condenadas por el PSOE, dijo.

Zaplana se negó a concretar si los militantes del PP implicados en los disturbios del sábado, en el que resultó agredido el ministro de Defensa, José Bono, serán suspendidos de militancia en el partido. Y denunció que el PSOE "está fabricando desde el primer día la idea de que el PP" se encuentra detrás de los disturbios. "José Luis Rodríguez Zapatero dijo que hay que escuchar las protestas del pueblo, y ahora prueba su propia medicina", dijo Zaplana, que invitó al Gobierno a asumir las críticas de los manifestantes.

El líder del PP, Mariano Rajoy, se manifestó en parecidos términos en la cadena COPE. Respecto a los incidentes que se produjeron el pasado sábado, dijo: "Lo ocurrido no es nada comparado con lo que nos pasó a nosotros". Y recordó que Zapatero se negó a condenar aquellas concentraciones durante su comparecencia ante la comisión de investigación del 11-M.